Borrar

La isla de las tentaciones

Siempre he considerado esas escenas de jóvenes en la playa una especie de casting del terror, una prostitución encubierta

Domingo, 16 de febrero 2025, 08:03

Puro cine, eso es lo que vieron mis ojos. Un hombre, desesperado, se arrodilla en la playa, como Charlton Heston en la última escena de ' ... El planeta de los simios'. Se deja la garganta en el abismo de un grito: «Me has 'reventao' por dentro». Mira hacia el mar. La oscuridad se cierne sobre la costa. Montoya corre hacia su futuro, en busca de su pasado. Grita. El cámara lo sigue, con una destreza propia de un atleta. La música que suena en mi cabeza es Vangelis, en la carrera inmortal de 'Carros de fuego'. Uno, que ha pasado muchos días de su vida en la filmoteca, espera encontrar al final la mirada inquisitiva y asustada del niño que se moja los pies en el mar, en 'Los cuatrocientos golpes' de Truffaut, pero la escena se enreda. El héroe llega al castillo, que es una casa de deseo, y con sus gritos derriba la puerta del pecado. En una celda oscura, su chica gime y rebota sobre el cuerpo de otro hombre. El silencio se rompe y con él la danza de amor. Un 'coitus interruptus' visualizado por media España. Montoya, herido, jura venganza. Es la hora del hombre.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La isla de las tentaciones