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Pedazo de desvergüenza

Con el coronavirus, los políticos no han tomado medidas cuando debían. Las han retrasado para no sufrir el castigo de la población

Martes, 17 de marzo 2020, 01:35

Estos días asistimos al juego de crucemos los dedos punto com. Hemos estado esperando a que la pandemia no nos tocara, que pasara de largo. Como si eso fuera posible. Hemos hecho chistes diversos sobre el AVE, la cerveza que se bebe e incluso hemos comparado las estanterías vacías de los supermercados con los premios ganados por el Atlético de Madrid. Tenemos buen humor. ¿Saben también qué es lo que tenemos? Una clase política, nacional y autonómica, totalmente ineficiente. Y lo que digo no es producto del enfado o de las ganas de aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para meterme con los políticos.

En los últimos años hemos asistido, al menos, a seis pandemias mundiales entre la gripe aviar, la del virus zika y la del ébola. Todas tienen en común su impresionante potencial de contagio mundial en un contexto, como el actual, donde la inmensa mayoría de la gente se mueve a nivel internacional como si estuviese en el patio de su casa. Y esto que es tremendamente positivo tiene sus elementos negativos también.

Como todos sabemos, el problema del coronavirus se inició en China a finales de 2019 y, en menos de tres meses, lo tenemos instalado en la puerta de nuestra casa. No es la primera vez que esto sucede en los últimos años. Sin embargo, nuestra amada y admirada clase política no ha aprendido. Hace una semana en España no pasaba nada y todos estábamos organizando nuestros próximos días de vacaciones. Ahora estamos, por primera vez en la vida de la inmensa mayoría de nosotros, con nuestros derechos básicos cercenados por la extensión descontrolada de un virus. Me dirán que ando mal de la cabeza. Pero es exactamente la misma forma de gestionar una crisis que la que Zapatero tuvo con la que no era crisis económica y terminó llevándose la economía de este país entre las patas. Negación. Negación y cuando las cifras son abrumadoras empezamos a decidir qué hacer.

¿Quién tenía que hacer que los servicios sanitarios tuvieran todos los medios que necesitan? Sin duda, los políticos

Hay dos formas de actuar en política. La primera: tomar decisiones antes de que el problema esté sentado en el sofá de nuestra casa. Aquellos que actúan así son, sin duda, políticos sabios y eficientes que tienen el coraje y la inteligencia necesaria para enfrentar los problemas de los ciudadanos y salir con éxito de los mismos. Tengo que comunicarles algo que quizás ya sepan. De estos, en España y en Murcia, no tenemos ninguno. El segundo tipo de político es el que abunda en la madre patria. No toman ninguna decisión y esperan que las complicaciones no toquen nuestras puertas o si lo hacen que se arreglen por sí solas. Es aquella actitud de que hay dos tipos de problemas: los que son imposibles de arreglar y los que se arreglan por sí solos. Como en ninguno de los dos podemos hacer nada, ¿para qué molestarnos? Pero qué sucede cuando los problemas pueden ser solucionados si nos anticipamos y tomamos decisiones; esto es, cuando somos proactivos en vez de reactivos, como se dice en Ciencia Política. Si ese fuese el caso, pandemias como la de coronavirus podrían ser enfrentadas con mayor nivel de eficacia y menos incertidumbre para la población. Pero no. ¿Qué nivel de confianza podemos tener en que nuestros políticos han tomado las decisiones correctas con anticipación si hace una semana no pasaba nada y ahora estamos encerrados en casa?

El pasado lunes llamabas diciendo que tenías los síntomas y, 48 horas más tarde, hacían la prueba, aunque tardaban cinco días en darte los resultados. Estaban desbordados. Ahora ni tan siquiera te hacen la prueba, excepto si eres ministra o la mujer del presidente. Los datos de contagiados son, por tanto, totalmente irreales. Ahora se dan cuenta de que necesitan más recursos humanos. Habían pasado varios meses desde el inicio del problema en China y que la mitad de Italia estuviese en cuarentena, como nosotros ahora, y nuestros políticos todavía llamaban a la movilización el día 8 de marzo. Una semana después, se ve que no tenían ni la más remota idea de lo que se nos veía encima. Entre otras cosas, eso hace que, de acuerdo con fuentes de La Arrixaca, los que trabajan en las puertas de Urgencias no tengan ni tan siquiera mascarillas que realmente sirvan para dificultar el contagio. Nos piden que nos quedemos en casa para no colapsar el sistema sanitario. Perfecto. Pero, ¿quién tenía que hacer que los servicios sanitarios tuvieran todos los medios que necesitan? ¿Quién tenía que haber empezado a tomar las previsiones necesarias? Sin duda, los políticos. Pero han estado más pendientes de evitar el costo que tenía tomar decisiones cuando los datos de enfermos no eran todavía muy altos. No han tomado medidas cuando debían. Las han retrasado para no sufrir el castigo de la población. De verdad, qué pereza, ¿para qué los necesitamos?

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