Borrar

Demasiadas cámaras

El mundo es un gran plató donde se representa la vida misma y empieza a ser imposible negar lo evidente

Miércoles, 9 de octubre 2024, 01:02

Nunca en la historia ha ocurrido lo que está ocurriendo hoy, pues siempre hemos visto el mundo desde fuera y ahora somos siempre protagonistas de ... este eterno espectáculo de la vida porque somos actores involuntarios allí donde estemos y allí donde vayamos. De hecho, uno camina inocente por la calle sin percatarse de nada, pero hay un sinfín de cámaras que nos persiguen y nos espían, innumerables ojos que examinan y custodian nuestros pasos sin que nosotros nos percatemos del todo. Haga la prueba, cometa usted un asesinato y verá la película de su delito en las pantallas de televisión al día siguiente en todos los telediarios; estamos totalmente vigilados día y noche, en las calles y en las plazas, en los recintos oficiales y en las oficinas, en el trabajo y en las horas de ocio, y a mí no me molesta tanto por la información que puedan obtener de mi comportamiento privado, es que a veces uno no puede ni tirarse un pedo a gusto cuando va por la calle porque le consta que alguien lo persigue y puede oírlo o verlo. Nos agobia desde luego esa sensación de que nos están observando a cada instante porqu,e en principio y sobre el papel, somos culpables de algo como en uno de esos relatos magníficos de Kafka y la sombra de la culpa nos acompaña desde antiguo como una maldición. No puede ser otra la razón de que hayan proliferado estos chivatos de la imagen desde unos años atrás, nadie queda impune y nadie puede salir inerme de un hurto en el bazar chino de enfrente, pues ya no es posible robar a gusto cualquier tontería en ninguna parte, ni impedir que te sorprendan en una humilde gamberrada llevándote a tu casa un cartel donde está tu nombre colgado en la pared de un museo o de un cine porque ese día has presentado un libro o has dado un recital de poesía, porque casi con toda seguridad te llamarán al día siguiente para pedirte la devolución de los carteles que te llevaste a altas horas de la madrugada y donde aparecía tu nombre con motivo del recital de poesía que habías impartido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Demasiadas cámaras