![Oppenheim en Murcia](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/04/13/189994397--1200x840.jpg)
Oppenheim en Murcia
Galería T20 · ·
Llamo al Ayuntamiento a abrir una consulta para reubicar sus esculturas en un lugar donde la ciudadanía disfrute de la que será la obra más valiosa que poseemosSecciones
Servicios
Destacamos
Galería T20 · ·
Llamo al Ayuntamiento a abrir una consulta para reubicar sus esculturas en un lugar donde la ciudadanía disfrute de la que será la obra más valiosa que poseemosSer artista en nuestra Región es peor que serlo en las demás. Hay varias razones, pero la principal es que aquí apenas se ha ampliado el patrimonio artístico desde hace más de una década. El déficit provocado por la ya lejana crisis de 2009 llevó ... a decretos que hicieron que el Gobierno regional se autoimpusiese no comprar arte, por lo que, a diferencia del resto del país, nuestros museos no se han enriquecido, se han ido quedando obsoletos y las colecciones han ido perdiendo progresivamente su atractivo, ya que hablamos de contemporáneo pero también de arte antiguo. En una sociedad ajena a las donaciones, nuestro patrimonio no es que se estabilice, es que se empobrece al no completarse, al no renovar la oferta museográfica, al no atesorar las obras de nuestros mejores creadores. Hoy, cuando vemos cómo los museos nacionales e internacionales adquieren piezas relevantes de los creadores murcianos más destacados, notamos más el vacío y en el futuro constataremos algo trágico, y es que las mejores obras de los artistas murcianos del siglo XXI están en museos y colecciones lejanas, no aquí. Es la primera vez en la historia que esto ocurre y será muy duramente juzgado por los que escriban la historia dentro de unos años.
Si hacemos un rápido repaso, veremos que solo uno de los artistas presentes en ARCO este año vive en Murcia. No es difícil razonar que la falta de posibilidades aquí hace que vivan en Madrid, Valencia y Barcelona principalmente. Que algunas galerías sigamos trabajando aquí es una prueba de amor, no de inteligencia.
La paradoja es que, durante los 'años del dinero', se contrató a grandes artistas, pero no para encargar obras señeras en museos o edificios, sino para hacer... rotondas. No creo mucho en el formato, la verdad. La obra se ve malamente en coche, en un movimiento en el que el conductor está centrado en otra cosa. Andando no se pueden ver bien porque están al otro lado de la carretera, como la gallina del chiste. Por otra parte, dos de las que se han hecho en nuestra Región tienen el dudoso honor de haber sido consideradas las más feas del país en el fenómeno del 'rotondismo' tan vinculado a los pelotazos de antaño. No todas son malas, la de Miquel Navarro en Juan Carlos I es una gran pieza, la de Canogar en Ronda Sur es bastante buena y la más relevante por la firma de su autor, pero a la vez desconocida, es el 'Jardín de cactus' de Dennis Oppenheim (Electric City, Washington 1938-Nueva York 2011) en la Plaza de Castilla. Hablamos de uno de los grandes maestros del arte internacional.
El encargo fue del concejal Berberena. A Oppenheim le mandaron fotos y planos de la plaza, pero no viajó a Murcia para verla. Cuando vino a Murcia en 2007 y se la encontró dijo que sería mejor que la gente pudiese acceder a las esculturas. Tenía razón. Cuando entras desde la autovía solo ves una explanada con manchas de color que, a la velocidad que llevas, no son más que metal. Esas piezas se lanzaron allí como desde un paracaídas y nadie reparó después en ellas. Si preguntásemos por la calle nadie sabría que eso existe ni quién lo hizo, más allá de los vecinos de la plaza. La paradoja es que es la única gran obra de un artista internacional en la Región, al menos hasta que se instalen las 'Puertas del alma' que Jaume Plensa ha proyectado para Caravaca. En otros sitios, pienso en Palma de Mallorca, las obras de Oppenheim forman parte de rutas y de atractivos tanto culturales como turísticos. Aquí hemos optado por otra solución. Cambio de escenario.
En la Plaza de Europa había unas letras enormes de madera que celebraban la primavera murciana. Se colocaron hace mucho, hablo de años, y no se retiraron tal vez por una loable intención de ahorrar al ciudadano el transporte o, simplemente, por no saber dónde colocarlas. Pues bien, el Ayuntamiento las ha colocado rodeando las esculturas de Oppenheim. Si antes no se veían, ahora no existen. Oppenheim, afortunadamente, no ha vivido para ver esto.
Yo sé que la cultura no da votos, sé que somos pocos, sé que el gusto es predominantemente conservador, pero nuestra relación con el arte de nuestro tiempo ya es un poco de función de Quique Camoiras.
Llamo desde aquí al Ayuntamiento a abrir una consulta con expertos y ciudadanos para reubicar las esculturas de Oppenheim en un lugar donde la ciudadanía pueda disfrutar de la que, si hacemos un inventario y tasación del patrimonio municipal, será la obra más valiosa que poseemos. Propongo la plaza de Europa para ese nuevo emplazamiento. Las razones son de visión, ya que crecerían vistas desde abajo, de seguridad y de democratización de las iniciativas, porque si existe un barrio connotado por su relación con el arte es el tan castizo de Santa Eulalia.
También pido al presidente López Miras que reconsidere la absurda y lesiva medida de no adquirir arte para museos y colecciones regionales por ser esta medida dañina para nuestro patrimonio, por estrangular los museos regionales y por provocar el alejamiento de los artistas de su región, así como de sus obras.
Ojalá este artículo sirva para algo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.