Secciones
Servicios
Destacamos
La verdad es que habrá cosas genuinas que, aunque parezca increíble tratándose del que firma, echaré –cuando esté muy lejos– de menos de Murcia y su zona de influencia natural, que es muy extensa. Una es la precisión brutal de un habla popular que ya ... casi se ha perdido; con lo cual no tendré que despedirme de ella porque lo hice hace mucho, y ya la tengo muy llorada. Se dice, cada vez más raramente, eso de «se está muriendo gente que no se había muerto nunca». No era ninguna paradoja irónica, sino pura exactitud popular, la misma que mamé desde antes de nacer. Pues eso es lo que ocurrió este julio pasado, cuando según las cifras ha fallecido en España una quinta parte más de gente por «causas desconocidas». Que se está muriendo gente que no se había muerto nunca. Nunca quiere decir que no se iba a morir, pero se ha muerto.
Cuando los así llamados paneles de expertos empiezan a hablar de «causas desconocidas» yo también me empiezo a acordar, no sé bien por qué (causa desconocida) de la madre de alguno. Me empiezo a acordar, por ejemplo, de todos esos aplaudidores de balcones blanqueados, de todos esos pancistas garantizados que me vejaron e insultaron hasta el delirio peligroso por dudar, solo dudar tímidamente, de unas vacunas cuyos efectos se desconocían (más desconocidismo 'pa' la saca). Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que ese 20% de gente que no se había muerto nunca ni tenía por qué hacerlo haya acabado así por vacunarse. Ni por no vacunarse. Todo son causas desconocidas. Causas tan desconocidas como –permítanme si es que ustedes pueden reprimir por un instante sus instintos de llamarme «negacionista» o «conspiranoico» y pedir que me retiren todos mis derechos a la asistencia sanitaria– algo más que ligeramente sospechosas.
Mi bendita, de orden y obediente madre, que si es conocida, tras la tercera vacuna contra aún no sabemos claramente el qué, y a la que inicialmente le pareció escasa porque ella ya deseaba la quinta sin pasar por la cuarta (bueno, digamos que me insultó un poco durante una larga temporada por mis dudas), me ha reconocido, tras encontrarse chunguísima todo el verano y hasta ahora mismo, que no se pincha más. Se va a morir una cantidad muy llamativa de gente, y no sabemos la causa ni si en realidad queremos saberla, que no se iba a morir, de ahí nuestra estupefacción. El castellano del Sureste, qué maravilla. Que cada uno saque sus conclusiones, conocidas o no. Ahí lo llevamos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.