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Resurreccionistas

Las oportunidades de negociar, incluso con algo tan sagrado como el cuerpo humano inerte, parece que no conocen trabas

Lunes, 20 de mayo 2024, 01:14

Han cobrado actualidad noticias acerca de dudosos trasiegos de difuntos con países de nuestro entorno, en coincidencia temporal con actividades sobre prácticas comerciales con cadáveres destinados a la enseñanza en algunas facultades de Medicina, en concreto en la cercana Valencia y en la prestigiosa escuela ... médica de Harvard. Se trataría de hechos que parecen desenterrados –valga la expresión– de tiempos pretéritos, oscuros, con la pátina de sensación tétrica, macabra, un tanto siniestra –susurrada en voz baja– que depara la muerte, como cuanto rodea al acontecer funerario. Esta percepción lúgubre se encuentra en transformación evidente, al ritmo de los cambios sociales, cuando las manifestaciones de duelo en mortuorios, entierros o incineraciones han evolucionado hacia expresiones comedidas de desconsuelo, íntimas, asociadas a los lazos personales con el difunto. Así se percibe al compás de modas y costumbres sobre unas manifestaciones sociales perpetuadas desde el romanticismo, con su cortejo de aflicciones en un contexto para expresiones de desconsuelo sublimadas de evocación y recuerdo. A este cambio sutil, pero evidente, ha contribuido la gestión del hecho de fallecer y su inmediata gestión trasladada a salas de los hospitales y modernos tanatorios en funcionales salas asépticas.

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