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Los resultados de estos comicios deberían tener aquí una traducción inmediata, al tratarse de la comunidad autónoma que aún no tiene gobierno. En cierto modo, es como si ayer se hubieran repetido las elecciones autonómicas del 28-M, en tanto que esa posibilidad es la que se ha impuesto en el debate social y en la opinión pública desde que fracasó ese extraño debate de investidura de López Miras el pasado día 10.

'A priori', José Ángel Antelo y su equipo no están muy en disposición de forzar un adelanto electoral de facto, arriesgándose a malograr sus resultados del 28-M, aunque los datos de ayer tienen una doble interpretación para los de Vox: han perdido un escaño, pero han sacado más votos que en mayo.

La formación de Abascal, no obstante, ha salido debilitada, perdiendo el bastión que conquistó en 2019 como primera fuerza política regional. En el Campo de Cartagena y los municipios del entorno del Mar Menor, los de Vox no se han mantenido y, como en las recientes elecciones autonómicas, el PP les ha pasado por encima. De hecho, la 'mancha verde' de 2019 ha desaparecido por completo del mapa municipal. Cabe preguntarse con cuánta corpulencia social piensan exigir a partir de ahora la derogación o modificación de la ley del Mar Menor, y la eliminación de la personalidad jurídica de la laguna.

Sin embargo, dado que el órdago principal de Vox sería forzar una repetición electoral si el PP no les deja entrar en el Gobierno regional, está por ver si esta exigencia se diluye o refuerza durante los próximos días, ya que el segundo intento de investidura de López Miras no debe retrasarse más. El hecho de que PP y Vox no hayan sumado mayoría absoluta en las generales también cambia el tablero de juego.

Los socialistas, por su parte, han incrementado sus votos y se han recuperado respecto a comicios anteriores, por lo que en cierto modo se han sacado la espina del 28-M. No cabe duda de que el PSOE y Sumar han manejado mejor la segunda parte de la campaña, frente al desánimo que se percibía en los prolegómenos, sobre todo el que estaba anidado en parte de las filas socialistas.

El voto de los populares se ha disparado respeto a 2019, con 116.000 sufragios más, pero eso solo le ha rentado un diputado más, por debajo de sus expectativas de alcanzar los cinco. A nivel nacional, el PP de Feijóo tenía por delante una gran remontada, partiendo de los 89 escaños de las anteriores elecciones, y con el lastre de Vox. Su victoria está en el alambre.

En cuanto a los asuntos que más afectan a la Región de Murcia, es muy probable que todo siga igual, a la espera de que se conforme el próximo gobierno con la calculadora de los posibles pactos. La reforma del sistema de financiación autonómica, que es la piedra angular de la arquitectura económica de la Comunidad, por cuanto nadie duda de que Murcia es la peor tratada, no puede esperar más, pero con el resultado de ayer no se vislumbra una solución territorial consensuada. Al contrario. Junto a eso, España se adentra en un nuevo ciclo que estará marcado por la austeridad y el recorte del gasto público. Bruselas nos espera a la vuelta de la esquina. Las inversiones del Estado seguirán su curso, y el reto estará en evitar que se frenen otros proyectos por razones presupuestarias. Dejo el agua para el final: no habrá nada nuevo bajo el sol.