Manda huevos, Federico
LAS CUATRO ESQUINAS ·
El cainismo político y sus dobles parejas: Felipe-Alfonso, Pedro-Susana, Pablo-Íñigo, Esperanza-Alberto y, por supuesto, la última entrega: Pablo-IsabelSecciones
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LAS CUATRO ESQUINAS ·
El cainismo político y sus dobles parejas: Felipe-Alfonso, Pedro-Susana, Pablo-Íñigo, Esperanza-Alberto y, por supuesto, la última entrega: Pablo-IsabelTapadera. Manda huevos, Federico. Resulta que en este país en el que tenemos un Gobierno central que en la primera fase de la pandemia fue acusado de ocultar las cifras de muertos, de aprobar leyes inconstitucionales, de valerse de un comité de expertos inexistente ... o de adjudicar a dedo y de forma sospechosa más de tres mil doscientos millones de euros, que ya son euros, valiéndose de la fórmula de emergencia que para estos casos debe ser tapadera recurrente. En este país donde un buen político como Salvador Illa salió salpicado por las polémicas compras de materiales que en aquellos días hizo su departamento, que desembocaron en el cese fulminante del director general de Gestión Sanitaria, Jiménez Palacios. En aquellos tiempos en los que al Gobierno central no le tembló el pulso para comprar hasta quinientos millones de euros en China utilizando la mediación de una empresa dedicada al marketing de ginebras... que había sido condenada por la justicia española unos pocos años antes por estafa. El que esté libre de mascarillas, Sánchez, que tire la primera piedra. En este país, te digo, de rinconetes , trinconetes, cortadillos, rufianes, lazarillos y celestinos cuando te dicen que el hermano de la presidenta ha cobrado una comisión, saltan las alarmas. Si luego te agregan que el 'brother' se dedica profesionalmente a eso desde hace veintiséis años, que la operación tiene toda la apariencia legal y que incluso está visada por Hacienda, la cosa parece menos cosa. Si en su día, cuando empezaron las primeras alusiones de la oposición, Ayuso hubiese cortado por lo sano y lo hubiese publicado con luz y taquígrafos, el asunto no habría pasado a mayores. Pero no lo hizo, la bola fue engordando y el dosier del hermanísimo llegó a Génova (dicen que con el matasellos y el remite de La Moncloa lo que, de ser cierto, supondría una jugada maestra del hábil Bolaños y compañía). Y Casado, sensibilizado por los casos todavía recientes de corrupción, ordenó que se investigara.
Guerra. Claro que una cosa es investigar y otra muy distinta espiar con detectives y un patán apellidado Garromero, que fue cesado de inmediato por Almeida, de por medio. Por muy sensible que pueda estar con la corrupción y por decidido que puede estar el presidente en llegar hasta el final, el procedimiento seguido no parece el más aconsejable. Porque la consecuencia ya la estamos viendo. Guerra abierta en el pepé. Ni el mejor guionista pudo diseñar un panorama más caótico que el que asola al primer partido en la oposición de este país. Casado y Ayuso, fuego a discreción. Heridas irrecuperables. Cuando el partido debería estar ocupado en ayudar a Mañueco en Castilla y León, o en subirse a un tractor en Murcia, antes de que te coja la vez Abascal; todos a las barricadas y fuego a discreción. Manda huevos, Federico.
Churchill. Qué grande Sir Winston. Si para el escritor catalán Josep Pla en la vida encuentras amigos, conocidos y saludados, para el célebre lord inglés la cosa del discurrir cotidiano en la política va de amigos, enemigos... y compañeros de partido. Cuéntase la anécdota de aquel novel parlamentario conservador que le dijo en su primer día en el Congreso: «Gracias, Sir Winston, por permitirme ocupar este asiento desde donde se divisa muy bien al enemigo». A lo que Churchill sonriendo le respondió: «No se engañe usted joven. Aquellos de allí son sus adversarios. En política los auténticos enemigos suelen estar detrás. Si va a dedicarse a la política, joven, vigile su espalda». No hay política sin cainismo. Triste, pero debe ser así. No hay que irse muy lejos. Ni siquiera hay que remontarse a los tiempos de Felipe y el otro hermano, siempre tiene que haber un hermano, de 'Arfonzo' Guerra. Aquí tenemos claros y recientes ejemplos. Pedro Sánchez-Susana Díaz, Pablo Iglesias-Íñigo Errejón, Esperanza Aguirre-Ruiz Gallardón. Y, por supuesto, la nueva entrega se llama Pablo Casado-Isabel Díaz Ayuso. Al suelo que vienen los nuestros. Manda huevos, Federico.
Miras. López Miras y el pepé regional están con Casado y no es de extrañar. Casado, hasta donde yo sé, es un buen presidente para Murcia y muy cercano a los problemas regionales. Seis o siete peldaños por encima de aquel Rajoy ciclotímico que dejó a España en manos de Sánchez por orgullo personal. Teodoro García es murciano y es leal. Ha ejercido de escudo del jefe y para eso también hay que valer. Le están partiendo la cara, pero el ciezano sabe que esos son los gajes de su oficio. Le va en la nómina. Tanto que no dudó en salir el primero en la refriega y a portagayola. En toda lucha de poder y en este fondo de armario no encontrarás otra cosa, el fuego amigo es moneda de cambio. El problema es que en esta guerra se están utilizando bombas de racimo y que el daño es irreparable. El militante se desconcierta. Dime tú a mí si no es grave la cosa que hasta el histórico 'Jotajota' Peñarrubia se ha dado de baja. Manda huevos, Federico.
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