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Amigo por interés no dura porque no lo es». Las amistades en el mundo de la política se basan mucho en el interés. Esto lo ... sabemos porque a menudo la argamasa deja de actuar y las partes que estaban unidas se despegan y entonces viene el 'si te he visto no me acuerdo', 'ese señor del que usted me habla' y cosas peores. Tener malos amigos puede ser un gran negocio mientras actúan como si fueran buenos, pero suele ser, a la larga, un negocio ruinoso.
La amistad entre Alemania y Rusia estaba alimentada por combustibles fósiles. Como en Rusia hay un régimen autocrático, los gobernantes que decían ser amigos suyos eran en realidad amigos de Putin. Putin ha resultado un mal amigo; es decir, no lo era, ni bueno ni malo. Desde fuera se veía venir, pero desde dentro del interés no se ve nada. La palabra 'interés' es ambigua. Puede significar «inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración...», lo cual sería el interés desinteresado. La primera acepción en el Diccionario es la que sale cada día con la señora fortuna a las batallas del mundo: «Provecho, utilidad, ganancia». Y la sexta, «conveniencia o beneficio de orden moral o material», mezcla dos órdenes dispares.
Toda ambigüedad desaparece cuando hablamos de amigos por interés. Entonces sabemos de qué hablamos. Los amigos por interés son un peligro. Gobernar, sin embargo, es andar entre peligros y este de los amigos peligrosos es uno que los gobernantes no rehúyen. Al revés, les encanta mostrarse ante la cámara con ellos como quien sube a YouTube un vídeo de sí mismo metiendo la cabeza en la boca de un pitbull. El pitbull suele ser más de fiar que el príncipe Mohamed bin Salmán, ese señor que trocea a gente (no con sus propias manos, pues le sobran esbirros que se manchen por él). Bin Salmán es gran amigo de los países occidentales, y hasta el presidente Biden fue a hacerle una visita, pues hay en juego muchos barriles de petróleo y otras cosas geoestratégicas.
Pero al ilustre príncipe saudí el que le gusta es Putin, que bombardea Ucrania lo mismo que él ha bombardeado Yemen. Los encuentros entre Vladímir y Mohamed han sido siempre muy cordiales, y hay noticias de que su amistad en los últimos tiempos se ha fortalecido. Como consecuencia, el precio del crudo podría subir próximamente. Cortando el gas por aquí y el suministro de petróleo por allá, la guerra se libra en su espacioso territorio económico, mientras Ucrania, que es el campo de batalla, se lleva desde luego la peor parte. La amistad de Bin Salmán y Putin no traerá nada bueno. Sus cimientos son profundos, pues ambos tiranos comparten intereses económicos y un gran interés por hacer el mal. Son dos malos que son amigos. Seguramente eso les incapacita para ser buenos amigos incluso uno del otro.
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