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El mago y la tribu

EL DÉCIMO DENTISTA ·

El político que ejerce como jefe de tribu triunfa frente al estadista

Viernes, 31 de julio 2020, 01:02

En 'El mago', John Fowles narra cómo un profesor de clásicas huérfano de proyecto personal refugiado en las islas griegas naufraga de relato en relato de la mano de un extraño gurú hasta quedar desasido de toda verdad, a la deriva de sí mismo, desarraigado y solo. A su vez, esta novela posmoderna pretende el naufragio del lector al no ofrecerle ninguna verdad narrativa. Por eso, intercala esta fábula: un rey negaba la existencia de princesas, islas y Dios. Un día, su hijo se escapa al país vecino donde descubre islas y princesas. Un hombre trajeado y remangado que asegura ser Dios se lo confirma. A su vuelta, el príncipe reprocha el engaño de su padre. El Rey, sin perder la compostura, le cuenta que aquel señor remangado le había engañado pues era un mago. Así que marcha a buscarlo para quejarse. Este, tras escucharle, le revela un secreto: el rey lo tenía hechizado para no ver ni islas, ni princesas, ni a Dios. El príncipe regresa pensativo. Su padre confiesa ser otro mago. El hijo desconcertado reclama conocer la auténtica verdad. «Pero no hay verdad más allá de la magia», dijo el Rey. El príncipe desesperado desea morir, pero ante la muerte real recuerda las irreales pero bellas princesas e islas y decide seguir viviendo convertido en otro mago.

En el posmodernismo, la verdad no existe porque no hay nada más allá de la magia, el relato. Los relatores actuales son magos que construyen ilusiones en la sociedad de la posverdad. McLuhan, teórico de la Comunicación, vaticinó acertadamente que, como el medio es el mensaje y la comunicación nos moldea, la era tecnológica nos transformaría socialmente en Aldea Global pero regresándonos a lo tribal. Así hoy, el político que ejerce como jefe de tribu triunfa frente al estadista porque desempeña funciones emocionales y sociales para que sus 'followers' se sientan parte de una tribu. Más que liderazgo intelectual, ofrecen pensar por ellos. En consecuencia, el político posmoderno cínicamente considera la política como manejo de percepciones y de opinión pública rodeándose de lingüistas, expertos en comunicación y encuestas. La apariencia del 'nada por aquí nada por allá' desplaza al gobierno de lo real.

Ante la realidad de la crisis venidera, muchos aplaudirán la ilusión del relato de su jefe tribal; otros en conveniencia se convertirán en magos, tertulianos a sueldo; pocos retarán el confinamiento ideológico para no ser engullidos por el desarraigo y lucharán por sus convicciones, tan temidas por los totalitarismos. Por eso, en esta tercera temporada, 'El Décimo Dentista' se ha centrado en destapar los trucos del relato que sirven a la posverdad. Y cada cual, en su libertad, decida si prefiere la realidad atado al mástil de Ulises o las irreales princesas proyectadas por magos.

Colorín colorado... disfruten del verano.

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