La Vera Cruz de Caravaca: un símbolo de fe en el Año Jubilar 2024

La historia de la Veracruz se remonta al siglo XIII, cuando, según la tradición, el cristianismo estaba en peligro en la península ibérica, debido a la ocupación musulmana. Según la leyenda, en una noche oscura y desesperada, la cruz de Cristo apareció milagrosamente en el cielo sobre la ciudad de Caravaca, acrecentando el valor de las tropas cristianas y llevándoles a la victoria. Este evento marcó el comienzo de la veneración de la Cruz de Caravaca como un símbolo de protección divina y unidad cristiana en la región.

Desde entonces, la Veracruz ha sido objeto de peregrinación y fervorosa devoción. Su presencia en la ciudad de Caravaca ha sido un oasis de esperanza para los creyentes, quienes acuden desde todas partes del mundo para experimentar su poder espiritual y recibir sus bendiciones. Los milagros atribuidos a la Veracruz han sido numerosos a lo largo de los siglos, desde curaciones milagrosas hasta protección en tiempos de guerra y calamidad.

Este año 2024 es año jubilar para Caravaca. Pero, ¿qué es en realidad un año jubilar? ¿Qué significado e importancia tiene el año jubilar? Ante todo, debemos saber que este tiempo especial en la tradición católica, se celebra en unas pocas ciudades. Además de Caravaca, solo tienen este privilegio Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana.

La palabra jubilación proviene del latín, de la palabra jubilare, que significa lanzar gritos de alegría. Es por ello que, a veces, las personas nos referimos a la jubilación como la edad dorada.

El año jubilar hunde sus orígenes 1.500 años antes de Cristo, durante el éxodo del pueblo israelita, después de abandonar la esclavitud del faraón egipcio. Según el libro del Levítico, cada 7 años se debía dejar descansar la tierra y cada 7 periodos de 7 años, es decir, cada 49 años, había obligación de liberar a los esclavos y perdonar las deudas, restituyendo la posesión de las propiedades. En 1998 fue concedido a Caravaca, por el Papa Juan Pablo II, el atributo de poder celebrar cada 7 años uno jubilar, peregrinando hasta la Basílica. El primero de ellos fue en 2003, por lo que este año 2024, será el cuarto que se celebre.

El transcurso del tiempo ha hecho evolucionar el concepto y significado de año jubilar. Si al principio se trataba de obtener indulgencias plenarias, lo que conllevaba el perdón de todos los pecados, hoy su significado se acerca más, en primer lugar a vivir la experiencia de sentirnos pecadores y, en segundo lugar, a concienciarnos de la infinita misericordia de Dios, y a la necesidad simultánea de ser misericordiosos con los demás. El jubileo es como abrir las puertas del cielo, para que desciendan todas las bendiciones desde lo alto a todos aquellos que lo imploran.

En cierta ocasión, Jesucristo dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado a vendar los corazones rotos, a libertar a los cautivos y a pregonar un año de gracia». El año de gracia no es un año, tal como nosotros lo entendemos, esto es, el conjunto de 365 días seguidos. El año de gracia se extiende desde Jesucristo hasta el fin de los tiempos. Todo ese periodo temporal es el año de gracia.

El año jubilar es una invitación a la conversión, a la reconciliación con Dios y con los demás. Para nosotros, el año jubilar es como el año de gracia del Señor. Es decir, cualquier momento de nuestros años, de nuestras vidas es propicio para la reconciliación y para la conversión. Es por eso que el término «jubilar» es muy apropiado, porque reconciliarse provoca el júbilo y la alegría del ser humano.

Son muchos los peregrinos que vienen a rendir homenaje a la Veracruz de Caravaca. Este peregrinaje es más que una visita protocolaria, incluso es algo más que una excursión lúdica, que también. Como fieles creyentes, guiados por su fe, viajan hasta este sagrado lugar para pasar el día en comunión con lo divino, para disfrutar de una experiencia espiritual, que fortalece su fe y renueva su compromiso cristiano. Elevan una oración ante la cruz sagrada y se sumergen en la atmósfera de devoción y contemplación, que impregna este lugar. Para estos peregrinos, la Veracruz no es solo una reliquia histórica, sino una manifestación tangible del amor y la misericordia de Dios.

La visita de los peregrinos a la Veracruz de Caravaca es un recordatorio de la importancia de la fe en la vida de las personas y de la poderosa conexión que existe entre lo divino y lo terrenal. En este sagrado lugar, donde la historia se entrelaza con la espiritualidad, los creyentes encuentran consuelo, esperanza y la certeza de que, a través de la fe, todas las cosas son posibles.

Además, el año jubilar en Caravaca también tiene un impacto significativo en la comunidad local, ya que promueve el turismo religioso y contribuye a la economía local, a través de la generación de ingresos por parte de comerciantes, hoteleros y otros servicios relacionados con la hospitalidad.

Por todo lo dicho, la Veracruz de Caravaca es mucho más que una reliquia histórica; es un símbolo viviente de la fe cristiana, y la manifestación del amor y la misericordia de Dios en el mundo. El año jubilar es un tiempo de gracia, renovación espiritual y celebración, que fortalece la fe de los fieles y enriquece la vida religiosa y cultural de la comunidad.

La visita de los peregrinos, fieles creyentes, solo sirve para reafirmar la importancia de la Cruz y su poder para inspirar, sanar y transformar las vidas de quienes vienen en busca de su gracia divina.

Los integrantes del Grupo de Opinión Los Espectadores son:

Jesús Fontes, Javier Jiménez, José L. Garcia de las Bayonas, José Izquierdo, Blas Marsilla, Luis Molina, Palmiro Molina, Francisco Moreno, Antonio Olmo, José Ortíz, Francisco Pedrero, Antonio Sánchez y Tomás Zamora.