Vender perdiendo es pecado mortal
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Los políticos se sacan de la manga equilibrar la cadena de precios, pero siempre es en vanoVender sin beneficio es lo mismo que estar trabajando y, a final de mes, el patrono se llame andana. ¿Qué ocurre entonces? Pues que se ... te cae el alma a los pies. Es lo más antitodo que le puede ocurrir a alguien. Donde más sucede esto de esforzarse y, en el mejor de los casos, no recibir ganancia es en la agricultura. No se puede aguantar que alguien pase el año agachando el lomo y mirando al cielo (unas veces con esperanza, otras con temor) y que, a la hora de vender la cosecha, se encuentre con que no le da para pagar los gastos.
–Pues sepa usted que esto es el pan de cada día.
El pan que no puede uno comerse, desde luego. ¿Habrase visto algo tan estúpido como eso que llaman 'venta a pérdidas', usando el argot de la economía? Es como si te empeñases con todo entusiasmo en morir de inanición. ¿Y el daño moral? De esto no se acuerda nadie. Un agricultor hace todo lo que puede para sacar adelante a su familia. Y, en llegando la hora de la recolección (que siempre se festejó con cantos y bailes), se ve con las manos vacías y en la tesitura de contratar una orquestina que le toque el gorigori, no sé si me explico.
Los que gobiernan (pero, vaya, dejémoslo en los mandamases) dicen cuidar de que la cadena alimentaria funcione equilibrada, desde una punta a la otra. Que todos –agricultor, mayorista y minorista– ganen lo que, en justicia, les corresponda. Ahora mismo andan aquí en España legislando sobre esa temática. Siempre están igual: cambian la norma, pero sin que jamás se cumpla. Todo son promesas que no llegan nunca. Y ocurrencias. Por ejemplo, la más reciente, que dice: «Se prohíbe al campesino vender a pérdidas». ¡Atié qué leche! Ya solo falta que lo multen. Pero, vamos a ver, si ofreces tu producto, pero el comprador se empecina en no darte ni una perra más, ¿qué puedes hacer, como no sea vender aunque te perjudiques? Y responden: «Es que vivimos en una economía de mercado».
–¿De mercado? De marcados por la fatalidad, diría yo.
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