Se ríen de la chiquilla
LA ZARABANDA ·
Los mandamases que se reúnen para afrontar el cambio climático son unos cantamañanasSecciones
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LA ZARABANDA ·
Los mandamases que se reúnen para afrontar el cambio climático son unos cantamañanasYa está bien de pitorreo. Están sacando de sus casillas (y también de su casa) a la chiquilla esta sueca, y nos preguntamos para qué. ... Para reírse de ella. Y encima van a conseguir que termine abandonando sus estudios, de tanto como trajina de aquí para allá. Pierde demasiadas horas, la pobre criatura, viajando de un sitio a otro. Y todo por la tozudez tan hipócrita de los cantamañanas que gobiernan el mundo.
Estos gerifaltes que digo convocan reuniones ('al más alto nivel', dicen ellos) y fingen estar interesados en parar el cambio climático. Pero no hay nada de eso. En cuando que te descuidas, sacan a relucir de nuevo el carbón y nos lo dejan en los balcones, como hacían antes los Reyes Magos con los niños malos.
–¿Hacían? ¿Es que ya no traen carbón los Reyes?
Pues no. Porque, como nada más que reinan, pero no gobiernan, lo único que pueden hacer es abstenerse de echar más combustible al fuego. Quieras que no, contribuyen a rebajar en algo la cantidad de gases nocivos que mandamos a la atmósfera. Los mandamases del planeta sí que dejan carbón, pero a toneladas, en el balcón de la niña Greta. Porque regalar esa negrura contaminante es lo que hacen en reuniones tan hipócritas, donde amagan pero nunca dan en el clavo. Los del G-20 se entretienen haciendo el ganso. Van a la Fontana de Trevi, se ponen de culo y arrojan un euro al agua pidiendo un deseo. Un euro o diez céntimos, vaya usted a saber, pues estos genares no son nada pródigos. Y luego se marchan a Glasgow y, comoquiera que allí no hay Fontana de Trevi, se ahorran el euro o los diez céntimos.
Por si faltaba algo, igual que hay negacionistas de la pandemia, los hay también del cambio climático. Dicen: '¡Esto no es na! ¡Cuatro gotas!'. Muy bien. Cuando los elementos, como los llaman, se tuerzan aún más, vendrán las madres mías y el famoso crujir de dientes. Ocurre una pepla más con Greta Thunberg. Y es que la desvergüenza de los líderes pudiera afectarle psíquicamente a la criatura. Capaces son de hacer de ella una desgraciada de por vida.
Gentuza.
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