La refundación del PP empieza en Murcia

–¿A usted qué le gusta más?

Bueno, vamos a ver. Mi opinión que no valga, puesto que no soy nadie en este negocio. Pero si de verdad el lector quisiera que me manifestase (y visto que acá somos más agrarios que otra cosa), yo lo llamaría injerto. Y metidos en faena, me inclino por el de mamaera. ¿Por qué? Pues porque no se rompe del todo la continuidad de la mata madre. Eso se hará cuando la nueva haya prendido como Dios manda.

No sé si del Altiplano (tan lejano) para abajo se dice mamaera, pero estoy seguro de que el cultivador de cualquiera de las tres vegas sabe de qué estamos hablando. Aparte de que la palabra es una preciosidad.

–Muy sugerente.

Correcto. Tenemos otro asunto por dilucidar. Y es saber (y como no lo sabemos, que nos lo digan) en qué se basa la decisión de hacer en Murcia el primer injerto de los diecisiete que habrá que llevar a cabo. Algunos dicen que pretenden copiar de ciertas compañías teatrales que, a la hora de estrenar una pieza, lo hacen en provincias para que poder estrenar en Madrid sin errores. El fondo de la cuestión radica en que la obra pueda ser exhibida sin fallos en territorio de Isabelita Perón Ayuso.

Yo qué sé. Quién te dice que no es una atención que se le tiene a Teodoro, por ciezano y por si hubiera que contar con él en un futuro. (Yo ya me aventuré a opinar que Murcia lo necesita. Y conste que lo conozco solo de oídas).

En fin, dejemos de lucubrar. Venga Feijóo este viernes, diga lo que tenga que decir y Dios con todos.