La Obregón, varada por el virus
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Una Igartiburu desconsolada echa mano de Jacob Petrus para cumplir con la España expectanteSecciones
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Una Igartiburu desconsolada echa mano de Jacob Petrus para cumplir con la España expectanteNo tenía que ocurrir, pero ha ocurrido. La dirección de TVE dormía ya tranquila, porque tenía bien amarrado el pavo.
–¿De qué pavo estamos ... hablando?
¿De cuál va a ser? Entendemos por pavo la manera en que la tele acompañará y, lo que es más importante, guiará a la entera España durante la procelosa despedida de este puto año –¡ay, Señor!– que por fin se acaba 'tonight'. Y ha querido la fatalidad que, después de que dejara de regoldar el volcán de La Palma, devolviéndole un relativo sosiego a la población...
–¿Cómo relativo sosiego?
Pues sí. Porque ahora toca reparar lo que sea reparable, visto que lo que llevan soportado no hay Moncloa que lo resuelva. Y estábamos en esas cuando ha sobrevenido un nuevo desastre, si cabe todavía más dramático. Nuestra Ana Obregón (que iba de pareja con la incombustible Igartiburu en la toma de las uvas en Nochevieja) ha dado positivo en virus.
–¿Cuál de los tres?
Me supongo que el más nuevo y rápido entre ellos. El mejor, desde luego, al tratarse de una artista de tanto relumbrón. Me estoy refiriendo al Ómicron. Y menos mal que (providencialmente, pues no de otro modo puede entenderse el hallazgo) han designado a Jacob Petrus para sustituirla. Me duele el ataque de Ómicron a la Obregón. Pero al mismo tiempo me alegro de que sea Jacob, mejor que Cintora, quien se haga cargo. Por la sencilla razón de que este Jacob es un presentador excelente. De lo mejorcito que tiene ahora 'tú' televisión, como la llaman para disimular.
Pero me veo en la obligación de prevenir a Jacob Petrus: '¡No te disfraces de nada! Porque, cada vez que te vistes de alguien en 'Nuestra tierra', echas a perder tu estupendo trabajo como Jacob Petrus a secas. Todo lo bueno que tienes como presentador, baja un güevo de nivel cuando interpretas a alguien que no seas tú mismo, chaval'. Digo esto porque me los veo venir. Aludo a los de la tele. Que los conozco, joder. Van a intentar vestirlo con esa especie de clámide que tenían preparada para la Obregón.
Desde Murcia le grito: 'Petrus, hijo, óyeme: ¡La sábana, ni mirarla!'.
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