Los letreros son para leerlos
LA ZARABANDA ·
Los de la tele no dejan tiempo para que el espectador se entereSecciones
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LA ZARABANDA ·
Los de la tele no dejan tiempo para que el espectador se entereYa hemos tocado en otra ocasión esta temática de los letreros de televisión, que más parecen flashes de tan rápido como los pasan. Pudiera parecer ... que la cosa no tiene mayor importancia, pero se trata de una jodienda muy desagradable.
No soy yo de los que leen despacio, aunque jamás haya echado mano de un manual de lectura rápida. Sin embargo, no me da tiempo a enterarme de lo que dicen. El problema estriba en que los realizadores consideran esos textos que complementan lo hablado, no como una ayuda para el que está delante de la pantalla. Piensan, me creo yo, que son una imagen entre tantas, un adorno que no dura lo necesario para leerlo, o sea como dos o tres fogonazos no más.
Y cabrea. Porque, claro, no es ya que no te enteras, sino algo peor: que te quedas a medio. Entonces, aparte de no completar la faena, te enfadas por el tiempo que has perdido leyendo solo una parte del mensaje, que casi nunca es más de la mitad del letrero. Sé de individuos que acaban con la mano alzada, a punto de estampar el plato contra el televisor. Menos mal que la mujer, que es la que suele estar siempre al loro, se lo impide. Otros menos furibundos se limitan a hacer el lanzamiento con la servilleta. Reacciones con mayor o menor destreza, siempre ocasionas un follón familiar. Porque, si tienes críos pequeños, al ver al papá tan trastornado, se ponen a berrear.
Esto que digo no sucede solo con la programación normal. Ni únicamente con los telediarios. Si estás apuntado a las series, te enfrentas a tres cuartos de lo mismo. Cuando no doblan enteramente los diálogos, sino que ponen subtítulos, estos se van con la misma rapidez con que aparecen. Entonces, ella le pregunta a él (o él a ella): «¿Cómo ha dicho?». Y la respuesta es siempre: «¡Ni puta idea! ¡Mecagüen...!». Y ya está liada.
Ni que decir tiene que se trata de un fallo garrafal más que evidente. Y no entiendes cómo alguien con mando en plaza no se da cuenta y toma medidas. Lo más triste es que la protesta no sirve de nada.
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