¿Castigo de Dios?

Uno también es viejo, aunque todavía no señora. Y no acepto que el desastre en la isla sea castigo divino. Ni siquiera de la Naturaleza, cabreada por el cambio climático. ¿Pues acaso los habitantes de La Palma han pecado más que la Asamblea Regional, por poner un ejemplo cercano? No lo parece. Sin embargo, el domingo hubo un terremoto en Archivel. Solo 2,6 grados en la escala Richter. Nada, en realidad. Ya sabrá el lector que, en la zona esta nuestra, lo que es por la parte abajo, se nos menea continuamente la plataforma tectónica, que así la llaman. Si tuviéramos aquí un terremoto importante (¡por nadie pase!), sería indecente echar las culpas a la falta de entendimiento entre los políticos que pueblan la susodicha Asamblea. Tampoco tenemos noticias de volcán alguno aquí en la provincia. Aunque no se me escapa que, de haberlo, algunos dirían que se trata de una pena impuesta por Dios, debido a lo del Mar Menor. O por la Naturaleza, que es la madre.

–Vamos por partes. ¿La madre de quién?

De quién va a ser, sino de nuestro pequeño mar. Es verdad que, entre nosotros, la sequía que padecemos (tan desesperante y tan desesperanzada) pudiera parecer un escarmiento por todo malo que hemos hecho. Pero qué sabe nadie, sobre quién ostenta el Poder y, por tanto, la facultad de castigarnos. Mira lo de Fuente Álamo. Quieren nombrar alcaldesa perpetua a la Virgen del Rosario, pero el PSOE se niega argumentando, entre otras cosas, que «en democracia, los alcaldes son de carne y hueso...». ¡Vaya, hombre! Y con Franco, ¿de qué eran? ¿De chocolate con leche?

Lo importante es ayudar a los damnificados de La Palma.

–Hoy por ti y mañana por mí.

¡Y dale! Deje usted de joder con el futuro, que ya pronosticó Antonio Molina que iba a ser 'mu oscuro'.