Lo de Beatriz de Holanda
LA ZARABANDA ·
Pues no que ha agarrado la Covid después de la tercera dosisSecciones
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LA ZARABANDA ·
Pues no que ha agarrado la Covid después de la tercera dosisDígame una cosa el lector. Si le apetece. Que tampoco quiero yo molestarlo doblemente, pues no es poco con que me lea de cuando en ... cuando. Vamos a ver. ¿Los destinos de la Covid, como los de Dios, son inescrutables? Lo digo porque quienes somos público en general estábamos convencidos de que la tercera dosis nos inmunizaba lo que se dice a tope. Pero tenemos que la reina Beatriz de Holanda ha dado positivo, después de recibir las tres banderillas.
Pensábamos muchos que, en esa circunstancia, estaríamos del todo protegidos. Eso es lo que habíamos deducido de las explicaciones de los expertos. Todas las personas (que yo conozca) informadas del contagio de Beatriz de Holanda, tengo que decir que se han acojonado. Y me imagino que será esa la tónica general. «¿Cómo se encuentra Su Majestad?» –me preguntan. «Pues nada –respondo yo–. Cuentan que los síntomas son únicamente los de un resfriado». Y esto fue lo que movió a hacerle la prueba.
Pero me sorprende que, pasadas cuarenta y ocho horas de publicarse la noticia, no haya tenido esta ninguna repercusión. Al menos que yo sepa. Porque, óigame, o todo el mundo está convencido de que el contagio de esta señora es normal e incluso esperable, o lo que pasa es que la noticia no ha corrido suficientemente. Aquellos con los que he comentado el tema me dicen: «Fíjate, nada menos que a una reina. Pinchada tres veces con todo el cuidado del mundo, sin haber frecuentado la discoteca, ni mucho menos los botellones, y con una vacuna de comprobada calidad, administrada por sanitarios inmunizados, ¿cómo es posible?».
El caso es que la real señora, que calza ya ochenta y tres años, ha sido puesta en cuarentena. Y aquellos que son sabedores de lo ocurrido, se han tentado la ropa, como diciendo: «¡Pues vaya un plan! ¡Qué decepción, chica!». Porque, claro, todos pensábamos que, después de tanto pincharle, el peligro habría desaparecido. Pero, coincidiendo con lo de doña Beatriz, nos topamos con lo del virus surafricano, que, por lo que dicen, es borde por demás. Y con la séptima ola ya cantada.
¿Debemos asustarnos o conviene esperar a ver cómo nos cae la cuarta dosis?
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