Alucinante Boris
LA ZARABANDA ·
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LA ZARABANDA ·
Está demostrado que le gusta caminar por la cuerda floja, que es como se la trae todoEs ley de vida. Comoquiera que ha decaído (felizmente para el idioma) la moda de responder 'alucinante' a todo, pues salgo yo y me alucino ... contemplando lo de Boris Johnson.
–¡Vaya! La tiene usted tomada con este pobre hombre.
Tampoco es eso. Lo que pasa es que este Boris se pirra por vivir peligrosamente. Lo primero de todo (en un país como Gran Bretaña, tan puntilloso en el respeto a las viejas reglas) resulta ser que todo un primer ministro, que tiene que despachar con su severísima Majestad, se presenta despeinado ostentosamente en Buckingham Palace. Y añadiéndole descaro a su presencia, pues, me entero de que cuando va por el pasillo, camino de la real estancia, no solo no se disciplina los pelos para la ocasión, sino que se los sacude a dos manos. Alucinante, ¿no?
En las últimas horas, como el ruido viene de Ucrania, parece que se habla menos de la probabilidad de que Boris deje el cargo y vuelva a casa, que ya no será la de Downing Street.
–En la suya propia, las francachelas que monte no serán tan escandalosas.
Eso mismo me digo yo. Pero, a mis cortas luces, ahora mismo hay más motivos para que lo echen. Lo digo porque, además del asunto de los fiestorros contra norma en su domicilio oficial, se le acumula su pretensión de 'gripalizar' (horror de palabro) la pandemia antes que ningún otro país. No me extrañaría que, si amaina lo de Ucrania, volviese la tronaera al Parlamento británico.
A veces nos quejamos de las malas formas en nuestro Congreso de los Diputados (que hasta dicen «¡coño!» y todo). Pero anda que los ingleses nos ganan por goleada. A nuestro inglés le va a dar un infarto cualquier día, pues se toma muy a pecho los rifirrafes en su Parlamento. Lo que pasa es que el follón parlamentario, en la democrática Inglaterra es tradición muy vieja.
Bien mirado (y pensando en los intereses de España), a nosotros nos conviene que Boris siga. Si de verdad le da el carpetazo a la pandemia a pesar del tostón que tiene liado Ómicron, al sector turístico español le viene de perlas. O sea que bien por Boris.
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