Guerra civil de tribunales
José Luis Mazón Costa
Miércoles, 2 de abril 2025, 17:53
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José Luis Mazón Costa
Miércoles, 2 de abril 2025, 17:53
Las sentencias del Pleno del Tribunal Constitucional (TC) sobre la condena penal en el caso de los ERE, que han anulado de facto dichas condenas, ... son indudablemente frutos de la voluntad irrestricta. Estas decisiones sobrepasan las líneas rojas del ejercicio judicial constitucional, con el resultado práctico de que altos cargos del PSOE, que estaban a punto de ingresar en prisión, podrían quedar en libertad si la Audiencia de Sevilla acata sin cuestionar las sentencias del Pleno.
Una magistrada disidente de la mayoría dice en su voto opuesto al amparo que la labor del TC se asemeja a un auxilio a una banda criminal que resulta impune por la labor de un tribunal de justicia. Es decir, les dice que son cooperadores de una organización criminal.
El origen del problema radica en el proceso de selección de los magistrados del TC. Estos son propuestos por uno de los dos grupos que eligen a los suyos entre juristas con más de 15 años de experiencia y reconocido prestigio, a menudo por no decir que siempre, para el ungido va precedido de un 'pacto de sangre' o 'juramento' que debe prestar ante quienes los proponen, comprometiéndose a actuar en beneficio mutuo. Los siete magistrados propuestos por el PSOE han respondido en bloque a este llamado de auxilio en relación con los ERE.
En 2021, un abogado bien relacionado con el PSOE, amigo mío, me propuso ser junto con él candidato al TC. Esa propuesta tuvo lugar en el justo sitio donde Cervantes dice que ocurrió la batalla de Puerto Lapice. Cuando íbamos camino del lugar de Don Quijote, Argamasilla de Calatrava, me contó que se lo han ofrecido a él y que ha exigido que yo vaya con él y que se lo han aceptado. Tomé su propuesta a broma y le respondí que, de ser nombrado, seríamos despedidos rápidamente, porque no íbamos a dejar sin resistencia esa inadmisión masiva de amparos basados en mentiras. La broma resultó ser verdad: dos meses después me envió un mensaje con una foto de un artículo de 'El País' anunciando un acuerdo entre el PP y el PSOE sobre los nombramientos del TC, y me dijo que «hoy te llamarán». Yo le respondí que eso era imposible, ya que una magistrada de Murcia me había interpuesto una querella por calumnias que había sido admitida a juicio, por lo que no podía ser candidato. En realidad, esa querella era un regalo paradójico de mis hados o protectores invisibles, que los tengo como Don Quijote sus sabios encantadores amigos, porque me salvó del canto de sirenas que era aquello y de presiones para formar parte de una contienda que iba en contra de mis principios, como ahora veo, pues la condena en el caso de los ERE no vulnera derechos fundamentales, a pesar de lo que piensen los condenados y sus abogados. Estas dos plazas del PSOE ahora están ocupadas por Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán, los dos del grupo de los 7 del PSOE. Y con un pie en la Sala Segunda si acaba aceptando querellas por esta causa.
Quiero enfatizar que, para acceder al TC, se requiere jurar lealtad al grupo que te propone. Por ello, todos los magistrados son, en cierta medida, 'estómagos agradecidos' y, hasta donde yo sé, ninguno ha roto este juramento 'fáustico'. El TC no siempre fue así; en sus inicios, bajo la presidencia de Manuel García-Pelayo, se planteaban cuestiones de manera más objetiva, a pesar de que ahora se critique su voto dirimente en favor de la expropiación de Rumasa.
Por otro lado, en el bando contrario al TC, el Tribunal Supremo cuenta con una mayoría conservadora en su Sala Segunda, encabezada por Manuel Marchena, quien, según mis informantes, tiene vínculos con la prelatura del Opus Dei y ha sido durante años una figura clave en el Poder Judicial, vamos 'el jefe' real y desde la sombra. El Opus sabe mucho de las sombras porque es una entidad creada por los agujeros negros de la existencia y se maneja muy bien en la 'caverna de Platón'.
Actualmente, la Audiencia de Sevilla desea preguntar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) si la sentencia del Pleno del TC en el caso de Chaves (y otros) infringe el derecho comunitario. Sin embargo, el presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido, según varios medios, ha propuesto anular dicha consulta, como si preguntar al TJUE fuese una especie de 'referéndum ilegal'.
Es evidente que una decisión así por parte del TC podría llevar a los firmantes de la orden de no consultar, ante la Sala Penal del Tribunal Supremo como querellados e incluso como posibles investigados. En este contexto, la Guerra Civil de Tribunales se resume en que uno de ellos proclamará del otro «cautivo y desarmado el ejército contrario». O tal vez la guerra los destruya a los dos por impíos y sacrílegos de la Diosa Justicia. Y la victoria del vencedor sea de estas pírricas o de que «otra más como esta y no lo contamos».
Desde el lado de las víctimas de la justicia donde me ubico, pues «hágase tu voluntad» y que así sea y que ambos se destruyan como la llamada apoptosis o suicidio espontáneo de las células tumorales que libera al cuerpo del tumor y en nuestro caso del temor…a la pésima o contaminada justicia y por tanto 'basura' que tenemos sobre todo en los altos niveles regidos por la política. Una paz duradera judicial de una justicia descontaminada,por décadas llegará entonces! La guerra habrá traído una paz justa… por eliminación de ambos bandos.
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