Murcianos de Schrödinger
Espejismos ·
Elegimos a mandantes cuyo proyecto se resume en desear muy fuerte que el cambio climático sea mentira, para poder seguir calentando y contaminandoSecciones
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Elegimos a mandantes cuyo proyecto se resume en desear muy fuerte que el cambio climático sea mentira, para poder seguir calentando y contaminandoEs como una peli de Shyamalan, pero sudando: ¿existo? ¿Estoy vivo o estoy muerto? ¿Es esto la realidad o solo una fantasía? En ocasiones veo ... murcianos. Me refiero a la sensación de todos los veranos por aquí por Murcia Sur: ¿somos fantasmas, o vecinos de verdad? ¿Alguien nos percibe? Ese rollo. Solo que, este año, peor aún. Por un lado existimos muchísimo, si atendemos a la ansiedad consistorial con que se despachan estos días los asuntos del otro lado del Segura. El berrinche barra pataleta del alcalde Ballesta lo tiene con el ojo puesto en el Carmen, su puente, sus obras. A lo Sauron. A ratos disputándole a Vox la competición de quién es más cochista y atrasista, y a ratos con el exalcalde Serrano viendo a ver quién lo tiene más grande. El legado, quiero decir. Abro el puente, lo cierro, lo rotulo, lo pavimento, lo coloreo, lo vuelvo a abrir. Un sinvivir. Pero, por el otro lado, no existimos. Ni una mala consulta sobre las actuaciones a emprender, ni una reunión, ni un careo. Los murcianos de Schrödinger.
Spoiler: seguimos aquí. A diferencia de la Murcia tranvía, donde la gente suele disponer de segundas residencias y huir a ellas en cuanto aprieta la calor, los barrios de currelas de este lado del río (El Carmen, Barriomar, San Pío, Santiago el Mayor, Progreso) están llenos de gente también en agosto. Pero claro, para confirmarlo habría que abrir la caja, como la del pobre gato austriaco aquel que estaba vivo y muerto al mismo tiempo. No parece nuestro querido Ayuntamiento por la labor de abrir nada. Si hablamos de centros culturales, bibliotecas, instalaciones deportivas, servicios municipales y hasta parques y jardines, en agosto podemos decir que: cierran mi barrio. Ya, ya sé que cierran todos los barrios, los ricos también, pero insisto: aquí sigue viviendo la gente. No parece un criterio válido para La Glorieta ni siquiera cuando programa alguna actividad de ocio: de las dieciséis 'Noches en familia' solo una (el 28 de agosto) se celebra en nuestros distritos.
Estas sensaciones cuánticas (en 'cuanti' más gente menos servicios) las combinamos con incesantes iniciativas municipales orientadas a los turistas. En efecto, los turistas que visiten Murcia este verano tendrán, por la gracia de la Concejalía correspondiente, paseos gratis en barca por el Segura, mientras que un grupo especial de la Policía Local velará por su seguridad en no sé cuántos idiomas. ¿Pero qué turistas?, cabría preguntar. ¿Están en esta habitación con nosotros? Ojito ahí M. Night Shyamalan que aquí tienes una peli.
En Murcia Sur tenemos problemas y no, no son los colorinchis del Puente Viejo ni si se va a repavimentar con falso adoquín, animal print o gotelé del doce. La tercera ola de fuego del verano más tórrido de la historia nos pilla en una isla urbana de calor habitada por los vecinos más vulnerables. Nuestros edificios son los peor aislados y climatizados y nuestra población la que menos acceso tiene al aire acondicionado. Se da la triste paradoja de que la clase currante es la más expuesta al cambio climático y la que menos contribuye a agravarlo: los que más bici, patinete y transporte público usamos, los que menos vuelos turísticos tomamos al año; nuestra huella ecológica es la menor, pero adivina qué tipo de gente eran las más de once mil personas que murieron por el calor solo el verano pasado en España.
Tomamos decisiones urbanísticas pensando en ciudades que ya no existen, climas del pasado, dilemas del siglo XX. Elegimos a mandantes cuyo proyecto se resume en desear muy fuerte que el cambio climático sea mentira, para poder seguir calentando y contaminando sin cortapisas. La Red de Refugios Climáticos del Ayuntamiento de Murcia contempla 28 espacios, debidamente señalizados, para protegerse de las altas temperaturas durante las olas de calor. 26 de esos 28 espacios están cerrados las tardes de agosto; los dos que sí abren algunas tardes entre semana (Museo de la Ciudad y Museo Ramón Gaya) están, cómo no, en las zonas nobles, y a los vecinos de Murcia Sur no nos queda ni el jardín de Floridablanca para refugiarnos (apuesto doble contra sencillo que para Feria lo abren). Con un par de docenas de contrataciones temporales la Red funcionaría, pero el equipo de Ballesta está en otra, preparando parkings subterráneos supongo. Esa Murcia previa al cambio climático, que se vacía en verano y se repuebla en septiembre con murcianos de bien, cuyo mayor problema es dónde aparcar sus coches, no es lo que hay dentro de la caja. Tampoco es que nadie vaya a mirar dentro de la caja. Pero en la caja cada vez hace más calor. Igual lo que hay que hacer es romperla desde dentro y salir con las zarpas por delante.
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