
Frankenstein no es el malo
Espejismos ·
El goteo de fricadas, entre censuras, negacionismo climático y de la violencia de género, homofobia y cochismo, ha espantado al votante moderadoSecciones
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El goteo de fricadas, entre censuras, negacionismo climático y de la violencia de género, homofobia y cochismo, ha espantado al votante moderadoSe podría pensar que los licenciados en Lengua y Literatura Hispánicas no servimos para nada, pero sí. Normalmente a toro pasado y ya con las ... madres mías, pero sí servimos. Las pocas veces que se cuenta con nosotros, nuestra función suele ser discreta. Cuando alguien en la reunión expresa una ideaca, nosotros emitimos un sonido retropalatal más o menos así: 'tsk'. Y levantamos el dedico. Una vez captada la atención del personal, desbaratamos la propuesta señalando sus errores ortográficos, gramaticales, semánticos o textuales. No es raro que tengamos que salir corriendo por nuestra vida, de esas reuniones. Y ya de cobrar mejor ni hablamos. Pero ay del que se flipa y tira para adelante sin nuestras matizaciones. Especialmente los políticos. Ay.
No me refiero solo a ese «que te vote / Txapote», cuya métrica irregular nos ha dado tanta ansiedad (por no decir TOC) estas dos últimas campañas y que, líricamente, no es la genialidad postmoderna que pensaron los cerebros del PP madrileño que lo pusieron en circulación. Mi homilía dominical de hoy se la voy a dedicar a la nueva muletilla de nuestras queridas derechas: «el Gobierno Frankenstein». Que sí. Que captamos la idea. Un monstruo hecho con partes de diversos cadáveres que de repente se levanta y se pone a cotizar. Pero a ver. 'Tsk'. Dedico. Le voy a dar un par de datos, señor Feijóo, o Sémper, o quien sea el genio que pergeña estas ideas-fuerza: el primero, que Frankenstein no es el nombre de la criatura (en la novela solo se le denomina 'criatura', 'engendro', 'abominación', etc.) sino el de su creador, que para más guasa se pasa toda la historia tratando de cortarle la wifi a su propio invento. Por eso el subtítulo de la obra es 'El moderno Prometeo', subrayando la capacidad demiúrgica del doctor F. para otorgar vida donde no la había. Y no sé si queréis empezar a llamar así al actual presidente, con lo gracioso que os estaba quedando lo del 'Perro Sanxe'. El segundo: el 'Frankenstein' que todo el mundo tiene en la cabeza no es la novela de Mary Shelley, más árida que la carretera de Fortuna. Es la peli de 1931 de James Whale, que humaniza al monstruo hasta el punto de ponerlo a jugar a las casitas con una niña ciega y donde los malos son la turba que lo persigue para quemarlo. 'Tsk-tsk'. Dedico-dedico. Para crear relato hay que saberse primero un poco los relatos.
Un tercer dato por el mismo precio: que poner el acento en el carácter 'contra natura' del acuerdo de las fuerzas que apoyarían un nuevo Gobierno de coalición PSOE-Sumar implica una complacencia explícita en los más de 140 acuerdos PPVox que se han firmado desde mayo para constituir a pachas gobiernos autonómicos y municipales por todo el país. Con un poco de retraso en el caso de la Región de Murcia, sí, pero ahí anda al caer. Desarrollo (mientras huyo): las elecciones del 28-M os pusieron delante la tentación de una enorme bolsa de gominolas de poder autonómico y municipal y no os habéis dejado una por zampar. Quedando primeros, quedando segundos, daba igual; si daban los números ahí estaba vuestra firma en el acuerdo y decenas de consejeros y concejales de ultraderecha ocupando de vuestra mano los puestos donde se toman las decisiones. El empacho os ha puesto la cara verde; y el goteo de fricadas, entre aumentos de sueldo, censuras, negacionismo climático y de la violencia de género, homofobia y cochismo, ha espantado al votante moderado y os ha costado La Moncloa, quemando por el camino a vuestro mejor candidato, ese padre gallego que ha asistido al atracón mortal de sus hijos como quien se pone un documental para echar la siesta. Míralos qué bonicos. Déjalos que disfruten.
Por continuar con la alegoría (que no metáfora) de las (que no 'los') chuches: estáis en un punto en que ya no hay lavado de estómago que valga. No importa la vehemencia con que podáis salir en rueda de prensa a establecer infranqueables líneas rojas entre vuestras siglas y los ultras. Os habéis marcado Guardiolas en propia puerta por encima de vuestras posibilidades, y los focos están ahora fijos en cada nueva chaladura, cada retroceso que se le pueda ocurrir a alguno de vuestros muchos compañeros de viaje, esa gente oscura que viene del pasado con hambre de cámara y gatillo fácil. No sé qué será del proyecto de 'Gobierno Frankenstein'. Soy filólogo, no adivino. Ni idea de si Sánchez y Díaz formarán Ejecutivo o habrá que repetir elecciones. Pero sí sé, y con esto acabo, que es muy difícil dar la brasa y correr al mismo tiempo, que los cuatro años de alianza autonómica y local que habéis firmado con los ultras tienen más peligro que una hipoteca variable. 'Tsk tsk'.
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