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Vox ya tiene su nuevo Tamames a nivel regional. Alberto Garre le ha dado el sí a Santiago Abascal, a cambio de que la formación de ultraderecha le garantice que será el candidato a la presidencia de la Asamblea Regional en el caso de que ... los votos de Vox sean necesarios para formar gobierno en la Región después del 28-M. Garre y Vox se venían buscando en los últimos años y al final se han acabado encontrando. A pesar de que Garre aprovechaba cualquier cenáculo para asegurar a propios y extraños que estaba retirado de toda actividad política, lo cierto es que su ambición política y su instinto de supervivencia lo van a llevar a integrar la lista autonómica… de un partido que no cree en las autonomías. Primer obstáculo de congruencia para el pachequero, que tendrá que reciclar y reordenar mucho su discurso regionalista para tratar de acomodarse a los dictámenes centralistas de un partido que reniega abiertamente del sistema autonómico español.
Del «aquí las instrucciones nos las dan los murcianos en la calle Trapería, Calle Mayor o La Corredora y no en Madrid», como postulado fundamental de sus últimos años en política, a las proclamas unidireccionales de don Santiago va a ver mucho trecho. Aquello de Groucho Marx. Estos son mis principios, pero si no gustan, tengo otros.
El puente para llegar a Abascal , me aseguran, ha sido el empresario Luis Del Rivero, muchas veces señalado como el auténtico prócer del partido 'voxero' en la Región. Ya en los últimos tiempos de aquel partido regionalista 'Somos Región', que se fue al traste por querer convertirlo en un proyecto personalista, se produjeron contactos a todos los niveles. Garre comisionó a su por aquel entonces secretario general, el lorquino Jesús Molina, a quien en el partido llamaban 'Lacasito', y al muleño Cava, que también merodeaba por la sede regionalista para llevar a cabo una misión que al final no fructificó. Garre acabó retirándose a una segunda fila de aquel partido regionalista hoy todavía vivo, pero con distinto patronímico; y decidió recluirse en su Molino de Balsicas, fundido en una galería de fotos, recortes y recuerdos. Pero en el fondo alimentaba una 'rentrée' política y él sabía que solo podía hacerlo de la mano de Vox. Se buscaban y se han acabado encontrando.
En Vox, mientras ayer unos celebraban un fichaje que «nos consolida el voto agrícola del campo de Cartagena», la línea oficialista del partido «ni confirmaba ni desmentía» una incorporación tan real como reconocida por el propio Abascal. Tampoco esto último es de extrañar, dada la errática, volátil, contradictoria e impredecible política de comunicación del partido verdoso en la Región.
Además de todo lo antedicho, que no se te oculte que Garre vuelve para ajustar cuentas con el PP. El 'impoluto' Garre hizo campaña y pidió el voto para el condenado Pedro Antonio Sánchez. Así como lo lees. Una muesca en su trayectoria. Y lo hizo porque Cospedal le prometió que sería Senador. No lo fue porque Valcárcel se opuso. Y se opuso porque siempre sospechó que Garre tuvo algo que ver con la ausencia de cierto informe de Patrimonio que hubiese posibilitado la compra en condiciones ventajosas de la desaladora de Escombreras, tras la conocida rebaja de Florentino a su coste neto.
Garre vuelve también para ajustar cuentas con López Miras. Cuando era presidente de Torre Pacheco, López Miras fue encargado por la dirección regional de montarle un motín en el comité ejecutivo local para defenestrarle. Aquella herida levantó muchas ampollas. Y Garre no olvida. Por todo eso vuelve. Bueno, por todo eso y por la Presidencia de la Asamblea Regional. Que a estas alturas no es mala mamandurria. Ni canonjía que no le apetezca.
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