Noelia, Noelia

Carajal. El caso es que en vez de estar disfrutando en tu sede pepera cantando algo parecido a lo que los madridistas cantamos en el minuto siete de cada partido («¡Illa, Illa, Illa; Ábalos, qué maravilla!») te metes en un carajal de pleno municipal en el que lo único que ha quedado claro es que el equipo de gobierno tenéis el patio más revuelto de lo que se suponía. Se te encendieron las bombillas cuando vistes que Jesús Gallo y compañía estaban en la misma pomada que Ginés Campillo con la cosa de crear un partido de corte regionalista y fundamento municipalista. Vamos a ponerles en contradicción, te dijiste. Vamos a obligar a los de MC a que se mojen o a que se pongan en evidencia. Dicho y hecho, a remover al personal con un mensaje emocional, que eso siempre arrastra a los más ingenuos. Del 'Murcia nos roba' pasamos al 'Mazarrón nos roba', olvidando, eso sí, el expolio de los barcos fenicios mazarroneros que dará que hablar y mucho en el futuro. Se la has puesto a Ginés 'cortita y al pie'. Como la expresión pertenece al argot futbolístico, te sugiero consultar a tu cada vez menos amigo Paco, el encargado de mando de un tal Felipe en el Cartagonova. Tú ya me entiendes.

Homilías. Y vamos al pleno municipal de marras del otro día, que no tiene desperdicio. Le confías la faena al que me presentan como tu joven promesa, un carilampiño Nacho Jáudenes, a quien los bordesicos de tu partido en Cartagena ya motean como 'pequeño momo' ( al suelo que vienen los nuestros), al que después de ver en acción, para serte sincero, mi gozo, en un pozo. Si este es el futurible, anda que no le quedan biberones políticos que zamparse al muchacho. Discurso quebradizo, con andanadas al 'centralismo murciano' sin más base que la incongruencia de quien critica por elegir 'la ciudad Murcia para presentar proyectos' olvidando sus visitas semanales de pleitesía a la sede regional del PP en la calle González Adalid. Yo no digo que el tal Nacho no pueda llegar un día llegar a emular a Castelar, 'for example'. Incluso le deseo el progreso que no veo, porque el chaval, dicho lo dicho, no tiene mala pinta. Pero de momento habrá que recomendarle lo mismo que el Padre Fresneda le aconsejaba a cierto curica recién ordenado: «Nene, por lo menos prepárate las homilías».

Patio. Tú fíjate cómo sería la cosa en el pleno municipal cartagenero que hasta Jesús Gallo, el hijo pródigo de Pepe López, con el que hace tiempo que se toma el café de espaldas (nunca mejor dicho), tuvo fases en su intervención de insospechada eficacia. Se centró en la debilidad del adversario. De manual. Si son los vecinos de La Azohía e Isla Plana los que se entrevistan con el alcalde de Mazarrón y los que le plantean servicios que no reciben, será porque la gestión del gobierno municipal es deficiente. Si además en El Algar ocurre tres cuartos de lo mismo con Los Alcázares será porque el paraguas cartagenero no les llega y además tiene goteras. Los socialistas, que en Cartagena tienen el papel de gregarios como en cada vez más sitios, se limitaron a pedir un plan plurianual de atención a estas zonas, Castejón, la más lista de la clase, estuvo sin estar porque ella no necesita confirmar su compromiso con Cartagena. Y Petrel, que así creo que se llama el portavoz voxero, trató sin conseguirlo de ser la liebre en aquellas carreras de galgos y podencos. Y porque nadie se acordó de las reclamaciones de la diputación de San Ginés, que no Campillo. El patio de Noelia está revuelto. Es la conclusión final. Vas por lana y sales trasquilada. Noelia, hija, alcaldesa. Con lo que yo te quiero...