Miras y Antelo, en la cocina

Me cuenta, confía y afirma el tribulete que en Madrid le aseguran que el pacto PP-Vox está en la cocina. A punto y hasta el punto de que pudo escuchar a determinado alto dirigente popular que López Miras podría presentarlo el próximo miércoles en la Asamblea. Es decir, para hacértelo fácil: luz verde a los presupuestos regionales con los votos voxeros en la línea de Mazón, otra vez Mazón. El acuerdo, le repiten a nuestro pequeño confidente en la calle Génova, está «encarrilado». Y,mientras tanto, en Vox celebran que los populares sigan la senda del debilitado presidente valenciano. Antelo, que no oculta sus enormes ganas de volver a pisar moqueta, ya habla de una «buena predisposición pepera» a aceptar sus condiciones en el reparto de menas (menores no acompañados) y frente al pacto verde europeo. Tan cocinado anda el guiso que ni el propio Ortuño lo desmiente apelando, eso sí, al «interés general». Otra vez más, el guiso se guisa en Madrid y se condimenta, solo se condimenta, en Murcia. No sé si me explico, pero seguro que me entiendes.

Mazón. Si al final se cierra y se rubrica el documento, tendrán que explicarlo muy bien. Porque López Miras no está en la misma situación del errado Mazón (con hache y sin hache), su querido 'hermano del agua', que vio la otra noche parapetado en el balcón del Ayuntamiento de Valencia cómo su 'ninot fallero' se resistía a arder hasta el punto de que un bombero tuvo que arrancarle la cabeza y lanzarla al fuego inmisericorde. Literal. Como lo lees. Y dejando, en consecuencia, una estampa que unos ven como realismo mágico y otros como un mensaje del mismísimo infierno hacia quien ha cargado con todas las culpas de una mala gestión en la dana; en la que él permanece mientras que otros, responsables en su propia medida, que fallaron como falló él, han sabido salirse de la ecuación. Para hacértelo fácil, mientras Mazón ha deambulado en un sinfín de versiones, contradicciones y discordancias, otros que también estuvieron ausentes en aquella 'noche trágica' como Sánchez, Ribera o Hugo Moran, 'for example', han conseguido salirse del charco. Y que no se hable de ellos. Pero sí de Mazón. El repudiado Mazón, que no ha dudado en echarse en los brazos de Abascal, porque no tenía, no tiene, otro recurso, otra salida. Todo sea por salvar el culo y la soldada.

Pacto. Pero López Miras no está, ni mucho menos, en esa situación. Por eso digo que tendrá que hacérselo mirar antes del 'nihil obstat' final. Porque en el fondo del acuerdo de Vox con Mazón, que ahora se pretende replicar en Murcia, además del rechazo frontal al pacto verde europeo (del que dependen o van a depender la mayoría de fondos para desgracias como la dana, ojo al dato), se asegura que «se acometerá el mayor recorte posible, en torno a un cuarenta por ciento, en cooperación al desarrollo», se compromete a «no aceptar ni a un mena más», se obliga a «minimizar las subvenciones a agentes sociales ( aquí Croem, UGT y CC OO), chiringuitos ideológicos y de igualdad, restricciones en las ayudas de la Ley de Memoria Histórica, etc. Sin descartar un posible retorno a la primera línea de gobierno de los antelos y compañía.

Explicaciones. 'Tapábase la Tía Maricuera... y se dejaba el culo fuera', reza el refranero popular huertano. A ver si por taparnos los presupuestos regionales nos dejamos fuera postulados centristas que el pepé no debiera abandonar. Y a ver cómo se lo explican Feijóo y Miras a los populares europeos en el congreso del PPE que, paradojas de la vida, se va a celebrar a finales de abril en Valencia con Mazón, otra vez Mazón, de anfitrión. O cómo se lo explican al moderado Juanma Moreno en la Interparlamentaria de dentro de unas semanas en Sevilla. Por cierto, hablando de Sevilla, válgame San Valgamé, veremos a ver si al final no termina todo esto como aquel Patio de Monipodio cervantino plagado de rinconetes y cortadillos. Y quien acaba pagando el 'impuesto de circulación'...