Los otros Lópeces Miras

Cómo será la cosa, que el presidente López Miras sigue de plató en plató, de sarao en sarao, de movida en movida, de chiringo en chiringo y conserva inmaculada su renta electoral. No hay fiesta sin la Tía Juana, que diría el ilustre Federico Trillo. Así que Fernando a lo suyo: grillos, herreras, alsinas, ferreras, mejides y rosas. Allí donde hay un micrófono suelto, allí que aparece nuestro 'panochari' envuelto, o no, en su manto de Teodosio. Para qué meterte en charcos, presi, si los votos ahí los tienes aunque sean pegados a postizo, le suele comentar a menudo al lorquino de La Arboleja su corte de corifeos a sueldo. Discurso nacional. Y el caso es que, mira lo que te digo, hasta puede que tengan razón.

Oficio. Porque a estas alturas de la película, nadie le puede negar a López Miras que ha ganado mucho oficio. El arte de la candileja política lo domina a la perfección. Le va, le va, le va como a Julio Iglesias, la gente de aquí y de allá. No es fácil, pero le ha dedicado su tiempo. Y el personal le ha comprado el producto. Miras mola. Para unas por su mirada seductora, dicen. Para otros, por su aspecto bonancible de canónigo catedralicio. Miras mola 'cantidubi'.

Al paso que vamos, convengamos. Fernando quizá pueda permitirse el lujo de estar centrado en esos y en otros lópeces durante meses y meses. Visitando platos, palcos, despachos y ágoras. El apoyo de los suyos probablemente va a seguir siendo el mismo. Y más si sabe aderezarlo, como sabe, con frecuentes apariciones mediáticas previo pago de su importe (por ahí anda la oposición al despertar de la siesta poniéndole la lupa al Itrem, al Info, al Puerto de Cartagena y a Presidencia, entre otros 'paganinis') .

Ruta. Fernando, para hacértelo fácil, puede seguir sembrando en Madrid su hoja de ruta política para recolectarla en el Congreso, en el Senado o, 'qui lo sa', en algún ministerio que se pudiese poner a tiro. Miras puede hacer todo eso y a la vista está. Pero la que no puede permitírselo es la Región. Una región que necesita menos fiascos y mas aciertos, menos gorgueles y más 'proyectos-tractor', más y mejor financiación autonómica, pero también menos desigualdades en los repartos municipales; más estrategias de apoyo a una industria agroalimentaria cuya deslocalización comienza a ser preocupante, una decisión más firme y clara sobre el suministro de agua trasvasada y desalada (lo del parón sangrante de la desaladora de Escombreras no tiene un pase porque las máquinas no delinquen, como bien saben en Adif o en Acuamed).

Lópeces. Necesitamos más vertebración territorial en consonancia con un proyecto turístico que no termina de estar ahormado como en otras épocas (qué coño hace Mazarrón aislado, sin el desdoblamiento tantas veces comprometido por el presidente y cuya única realidad son accesos lamentables entre caminos de cabras siendo como es nuestra 'joya de la corona' de la oferta turística estival). La Región debe estar centrada en abanderar proyectos de investigación científica y universitaria, de I+D+i. Ocupada en evitar fugas de talentos. Y en recuperar a los que están fuera. Esta comunidad autónoma la necesitamos centrada en eliminar cualquier tipo de sombra sobre la recuperación del Mar Menor, en equilibrar la biodiversidad y los espacios naturales con desarrollos respetuosos o en una estrategia global de energías renovables. La Región debe estar, presidente Miras, en estos lópeces. Comprendiendo que cada uno es muy libre de trazarse su hoja de ruta política y sus aspiraciones personales. Pero lo primero es antes. Otro día hablamos de proyectos estrella de legislatura. A ver si nos da tiempo a encontrar alguno.