La guerra de las pelotas
Las cuatro esquinas ·
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Ruidos de sables en el fútbol murciano: elecciones frontales con denuncias, conflictos, irregularidades, cámaras de seguridad y acusaciones de todo tipoMonipodio. Está la mili, oye, que no hay quien vaya. Tu ya sabes cómo de revuelto anda el corral de la política nacional. El patio de Monipodio cervantino se nos queda corto para albergar tanto dislate, tanto desatino, tanta conjura, tanta trama, tanta burundanga ... de genúfares de primer grado. Que si Koldo parte, reparte y se queda con la mejor parte. Que si Ávalos amenaza con tirar de la manta. Que si Begoña estuvo donde no debiera estar. Que si el novio de Ayuso no declaró lo que debía declarar. Que si la ministra Montero se fue de la mui y se convirtió en la 'pitonisa Lola' de una noticia interesada cuatro horas antes de que se produjese. Que si Sánchez se enfanga en un conflicto de intereses a cuenta de su santa. Que si Feijóo se paseó hace más de veinte años, naftalina por favor, con un señor que luego acabó de narcotraficante. Que pronto sabremos qué contenían las maletas del 'Delcygate'. De locura en insensatez. Y tiro porque me toca.
Pitonisa. Que si alguien ha hecho desaparecer de la caja fuerte de la Policía los dos móviles del mediador en el caso Tito Berni mientras Abascal señala al propio ministro Marlaska. Que si Bruselas cifra en 18 millones de euros el impacto del 'caso Koldo' en la UE. Que Ayuso ve en el presunto fraude fiscal de su novio el enésimo ataque a su familia, mientras que su pareja prepara querellas a troche y moche, 'pitonisa Lola' incluida. Y a todo ello, el ultraderechista-separatista-supremacista Puigdemont sigue reinando, marcando por sus reales la agenda de este país, fijando las elecciones catalanas cuando le viene en gana, sacando pecho con la amnistía a la carta que le han servido y dejando a Su Sanchidad sin Presupuestos Generales del Estado que llevarse a la boca. Tú dime a mí si lo que nos monta cada día toda esta patulea no te recuerda aquel Patio de Monipodio donde cita se daban tanto rufián, tanto Rinconete y tanto Cortadillo. Hoy como ayer, ya te digo.
Rubiales. Y como aquí todo se pega menos la hermosura, tenemos servidas las elecciones a la presidencia de la Federación Murciana de Fútbol, convertida en una guerra de Rubiales contra Rubiales. Kramer contra Kramer. Carrillo contra Albaladejo. Y por en medio, imagínate toda toda una trufa de sarpullidos, insultos, choques, agravios, afrentas, improperios, oprobios y vilipendios. La guerra de las pelotas, para hacértelo fácil.
Te pongo en antecedentes. Se enfrentan ante las urnas, votación el próximo 25 de marzo, Lunes Santo magenta, semana de Pasión, el actual presidente José Miguel Monje Carrillo y el exárbitro de fútbol, propietario de una exitosa mercantil de seguros, Mariano Albaladejo, a quien en bastantes corrillos futboleros de la Región motean como 'Mariano el churrero' por su gestión al frente del Churra C. F. El primero lleva casi veinte años en la poltrona federativa además de haber conseguido acceder a la presidencia nacional defútbol sala y a un par de comités internacionales de la UEFA que lo tienen bastante entretenido. El segundo ha venido siendo en los últimos años su vicepresidente. Mariano, dicen quienes lo bienconocen, tiene el 'síndrome del nuevo rico'; es decir, un voraz afán de notoriedad. En su momento intentó posicionarse para la presidencia del Real Murcia. Pero entre que la cartera no le daba para tanto y el subsiguiente aterrizaje de Felipe Moreno, pronto tuvo que renunciar a temerario objetivo. «El Real Murcia no es el Churra», dicen que le llegaron a decir al churrero en Nueva Condomina. Objetivo siguiente, la Federación Murciana. Cuentan que los desencuentros comenzaron cuando Mariano envió un emisario a José Miguel con sus propuestas. En aquella reunión los marianistas pidieron camino despejado y Monje no solo lo rechazó de plano, sino que les retó a sacar un solo representante en la asamblea. Cabreo monumental de Mariano. A las barricadas.
Barricadas. Y a las barricadas se han ido. Las elecciones en el fútbol regional, como en el nacional, se llevan a efecto por estamentos. A mí, con perdón, me recuerdan un poco a las de aquellas cortes franquistas en las que los procuradores se elegían por tercios. En estas, los árbitros eligen a sus representantes, los futbolistas a los suyos, los clubes a los que les corresponden y los entrenadores, tres cuartos de lo mismo. Al final setenta asambleístas para elegir al presidente. El clima se ha enrarecido de tal manera que la gestora ha tenido que disponer de cámaras de seguridad permanentemente vigiladas en la habitación donde se depositen los votos por correo. Las acusaciones entre los asesores jurídicos de ambas candidaturas han entrado incluso en lo personal. «Hay que acabar con la corrupción en la Federación», proclaman unos. «No habrá corrupción cuando Mariano ha estado de vicepresidente estos cuatro años sin decir ni pío», responden los otros. Fíjate cómo será la cosa que ni la política regional se ha salvado de la retahíla de invectivas entre uno y otro bando. Que si Monje llegó al poder de la mano de Morga, que ahora está con Albaladejo (cuando el interfecto niega ambos extremos) o por estar casado con una hermana de Valcárcel (cuando la relación entre cuñados a ese respecto ha estado siempre bajo mínimos), que si ha coleccionado socialistas en sus filas, que si ha colocado a familiares y allegados. Que Mariano tiene el apoyo del Gobierno regional porque en su empresa trabaja un familiar directo de un consejero de López Miras y es socio de otra exconsejera popular. O que Mariano ha podido prometer patrocinios a cambio de apoyos. Denuncias, recursos, dictámenes. Ruidos de sables en el futbol murciano. No habrá paz para los malvados.
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