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Victoria, derrotada

Era el bastón en el que me apoyaba cuando echaba a andar por el pasado

Domingo, 5 de mayo 2024, 07:24

Tenía una voz con una cadencia castellana perfecta, sin nada de aquella ampulosidad –el modo de hablar 'imperial'– de los locutores o incluso los dobladores franquistas (todos ellos excelentes). Victoria Prego tenía una voz que podríamos calificar como 'objetiva', incontrovertible. Con todo el entusiasmo, pero ... sin ninguna pasión que lo estropeara. Toda la pasión vamos a dejársela al presidente Sánchez. Lo que hablaba Victoria Prego estaba tan bien construido que se escribía al mismo tiempo solo, sin manos. Supongo habría entrenado en aquella especialidad de los periodistas antiguos, el telefonear las crónicas improvisadas. Sus palabras se han callado para siempre esta semana, y ya no me queda nadie para saber qué es lo que pasó, de verdad, en un tiempo del que lo recuerdo todo. Cuando uno recuerda todo es que recuerda mal. Es que la memoria nos ha falseado la realidad. Para saber qué es lo que pasó de lo que yo mismo viví, acudía a Victoria Prego, porque de mí no me fío. Era el bastón en el que me apoyaba cuando echaba a andar por el pasado.

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