Secciones
Servicios
Destacamos
El único refugio climático efectivo contra el calor de los, de momento, cinco meses de verano real en Murcia es huir de aquí mil kilómetros hacia el norte, no que el Ayuntamiento (como veo en un cartel publicitario) disponga unos pocos locales públicos, 'refugios climáticos', ... para que la gente que se siente indispuesta no muera en la calle. Ahora los políticos se dedican a dar directrices magistrales para que aprendamos a beber agua o a descubrir una cosa que se llama sombra, pero no abordan el fondo del grave problema, que es estar aquí. Si el Ayuntamiento de Murcia quiere solucionar la cuestión de los golpes o más bien palizas de calor lo suyo es pagar avión y estancia con pensión completa a todos los murcianos, para que teletrabajen medio año desde, por ejemplo, Cabana de Bergantiños. Si quieren ser papá Administración, que se estiren un poco, aunque sea con fondos europeos, y nos ahorren cutrerías.
En Estados Unidos han descubierto que el calor mata allí mucho más que el frío, con ser éste muy considerable, y que realmente contra el calor no hay remedio salvo no estar. Aquí nos negaremos a aceptarlo y nos tomaremos las evidencias como un ataque personal a nuestra dignidad de aborígenes. Pero al final se impondrá la revelación de que la insalubridad aquí no ha evolucionado todo lo que creíamos desde que, hace siglos, había que reponer constantemente la población murciana porque moría buena parte de ella, debido a los males y plagas propios de las condiciones del medio. Durante cinco meses al año (y en aumento) las cosas fabricadas con derivados del petróleo, los artefactos electrónicos o las pieles naturales se pudren y descomponen en interiores caseros, a la sombra, y eso debe darnos que pensar. Si las cosas hechas para durar, mucho más resistentes que los organismos, no aguantan las condiciones normales del clima, no parece un lugar excesivamente sostenible. Es luchar, como en la Luna, contra un medio hostil, esencialmente peligroso, y que exige ingentes cantidades de energía, por demás ineficaz. Un medio que vuelve a la gente, indefectiblemente, fanática y violenta, como ocurre en la Biblia y algún otro libro monoteísta salido de los lagartijales, donde «los profetas ladran».
En Italia, en los años 80 y 90 del pasado siglo, se hablaba de que la frontera de la mafia llegaba, hacia el norte, «hasta donde crecen las palmeras», pero eso se quedó anticuadísimo porque las palmeras crecen ya hasta en Cornualles, Inglaterra. Todo se pudre, las cosas, las gentes, las cabezas, cuando cada ciclo solar hay que esperar cinco meses para volver a respirar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.