Secciones
Servicios
Destacamos
La vida, alguna vez, te hace estar en el mejor lugar en el momento equivocado, o al revés, no sé. Esta semana expulsaban definitivamente del PSOE a Nicolás Redondo Terreros, el que fue en un tiempo secretario general del Partido Socialista de Euskadi. Yo pasé ... por ese tiempo, pero me paré en el instante en que ese tiempo terminaba. Lo tenía delante a Redondo Terreros, a principios del milenio, en el Palace de Madrid, cerca de la columnata del restaurante, pero situado en una mesa fuera de su discreta sombra. Redondo quería que, para lo que estaba sucediendo, hubiese luz y espectadores. Yo mismo. Lo estaba echando más o menos ignominiosamente en aquel momento de la secretaría del PSE su compañero de mesa, Txiki Benegas. ¿Os recordáis de Benegas? Aquel hombre al que no se le movía una pestaña, al que no se le movía nada, excepto una boca pequeña, blanda, saltarina, que a mí me obsesionaba.
Lo estaban expulsando por primera vez, a Redondo Terreros, del partido de la vida de su familia. Su padre había sido de los pocos luchadores del Partido Socialista cuando Franco, sin bromas. Estaban todos de acuerdo en que ya no servían los históricos, ni 'luego a luego' tampoco los hijos de históricos. El empresariado vasco, el PSE y el PSOE, el PNV, 'El País', Juan Luis 'del Gran Poder' Cebrián, Felipe y desde luego su mano izquierda, Benegas, todos en contra del no acercamiento del socialismo al nacionalismo, acercamiento que sería definitivo hasta casi la absorción. Curiosamente, un tal Rodríguez Zapatero, hoy cabeza visible del populismo comunista americano, parecía tibio al respecto. ¿Os recordáis de Zapatero? Aquello se hizo pasar por un accidente, que en política se llama 'dimisión'.
No pude resistir la tentación de interrumpirle la ejecución al fallecido –por causas naturales– Txiki. Su boca, sorprendida, quedó en medio de un pantano movedizo. Se levantó muy amable Redondo Terreros, preguntándome dónde trabajaba –por entonces yo hacía cualquier cosa, hasta trabajar–. «Ah, tengo muy buenos amigos ahí». No creo que en ese momento aparecieran, los amigos, por muchos sitios.
Hoy hace mucho que son históricos inservibles muchos de los políticos y líderes que lo mataron por vez primera. Alguno de ellos ha dicho algo por esta segunda muerte, y cabe presumir de esas manifestaciones que se arrepienten de haberlo eliminado hace 22 años. En los cementerios siempre reina la paz.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.