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Siempre me ha resultado sorprendente eso de «España no tiene políticos a la altura de los españoles». Las evidencias apuntan a lo contrario, que España tiene los políticos que se encuentran a la altura de sus ciudadanos.
En la Transición, los políticos eran gente principalísima ... en su 'vida civil'. Tenían, por lo general, una trayectoria importante. No era por casualidad. Era porque la sociedad española empujaba hacia lo alto, a las representaciones del Estado, a los mejores. No sólo porque la sociedad española tenía más nivel, que también (y no tiene nada que ver con estar escolarizados), sino porque ésta admiraba a quienes eran mejores que ella. Desde que las redes, y antes la tele, hicieron su labor ocurre lo contrario. La sociedad española empuja hacia lo alto a los que no la mejoran en nada, a sus copias, porque los españoles de hoy odian (que no desprecian, como bien decía Fernán Gómez) el mérito. ¿Qué es lo menos meritorio que pueden encontrar? Por ejemplo, un ministro, o una presidenta del Congreso. Hoy, por parafrasear lo que dijo Churchill sobre su rival laborista Clement Atlee, que para él era la nada, cuando una flota de coches oficiales vacíos se para ante las Cortes, se abren las puertas y de ellos se bajan las principales autoridades de España. Por eso el 'escándalo Koldo', tan famoso estos días, acerca de una red de 'consiglieri' y 'realizzatori', ministros y altísimos cargos políticos que aprovecharon la pandemia para presuntamente saltarse medio código penal, es la consecuencia lógica de la actual sociedad española. Concretamente, del comportamiento de la sociedad española durante la pandemia. Los españoles, lo recuerdo muy bien, dieron permiso a los gobernantes para que éstos anularan los derechos y libertades fundamentales. Cuando no se protegen los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, con el entusiasmo aplaudidor y balconero de esos ciudadanos, todo es posible. Cuando no existe Dios, todo está permitido. También robar en nombre de la salud, por supuesto.
Koldo fuimos todos. Se le dieron poderes extraordinarios al Gobierno, un poder total sobre vidas y haciendas en la práctica, inimputable, como los que se le dan a un dictador temporal, para que el Gobierno restaurara... ¿para que restaurara qué? Se encerró ilegalmente y durante largo tiempo a la gente, pero porque la gente obedeció y no sólo obedeció sino que aplaudió y se chivó de sus conciudadanos, tras los visillos. Detrás de cada visillo, vigilando que la calle no se moviera nadie, estaba Koldo. Koldo y todo el 'gang del chicharrón' político que hay alrededor, 'gang' que pudre presuntamente partes vitales del Estado, es un producto de la pandemia, de aquel régimen chino impuesto por 'razones superiores', con militares encañonando por la calle y todo. Moralmente el país no creo se recupere nunca.
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