En tierra de nadie
Demasiado perro ·
Chaves Nogales vivió, ejerció y clamó al cielo pidiendo corduraSecciones
Servicios
Destacamos
Demasiado perro ·
Chaves Nogales vivió, ejerció y clamó al cielo pidiendo corduraAdmiro mucho la figura de Chaves Nogales, excelente periodista y escritor cuya vida y posicionamiento político no son sino una metáfora de lo que nos ocurre, ahora, a millones de españoles. Les recomiendo muy mucho la lectura de 'Juan Belmonte, matador de toros', 'A sangre ... y fuego' y ¡cómo no! 'El maestro Juan Martínez que estaba allí', imprescindible si quieren ustedes enterarse de qué es eso que llaman comunismo. Chaves Nogales dirigía en la práctica el diario 'Ahora', de clarísima vocación republicana. Hombre moderado, ecuánime en sus juicios, comprobó llegado el momento que, en su país, podía verse fusilado por ambos bandos. Y se tuvo que ir. En el 37 ya estaba fuera. Persona moderada y progresista, vivió con desagrado los excesos republicanos, el chequismo y los paseos o que se sospechara de alguien sólo por llevar sombrero o corbata. No hay ni que decir que tampoco simpatizó con el bando franquista, que lo hubiera fusilado por rojo. En suma, un tipo estupendo, que escapó de París por pelos huyendo de los nazis y que murió exiliado de una maldita peritonitis en Chelsea, en 1944, a la edad de 46 años. Vivió, ejerció y clamó al cielo pidiendo cordura en tierra de nadie. Como en la España de hoy.
Sigue el adanismo. El PSOE históricamente se movió entre dos sensibilidades en los años 30. Tenía dos almas, de un lado la moderada, la buena, la de Besteiro, un gran hombre. De otro, la de Largo Caballero, el Lenin español, más cercano a la Komintern, al estalinismo y a la revolución. No hace falta que les diga cuál se impuso. Tras el 77, hemos tenido en este país un PSOE centrado, socialdemócrata, que abjuró del marxismo, de vocación proatlantista y occidental que modernizó este país. Pero, primero con ZP, y ahora con Sánchez, este partido ha derivado en una suerte de engendro, el partido Sanchista, alineado con Venezuela, China e Irán, lejos de los centros de decisión occidentales y que es felicitado por Hamás, los hutíes y los talibán. Cuando Sánchez hizo su discurso de investidura, debía decir lo que dice un presidente: «Soy presidente de todos, incluso de los que no me han votado». Pues no, se la peló.
El muro. En su primer discurso dijo que tiraba un muro para a aislar a los fascistas. El problema es que en esa definición incluyó a Vox y, de paso, al PP. Esto es, a 11 millones de votantes, así como al 50% de los que habían votado. Si esto no es guerracivilismo, que venga Dios y lo vea. En honor a la verdad diré que, anteriormente, el PP se había marcado una campaña electoral con el 'antisanchismo' como idea eje llegando a situar incluso una réplica del Falcon en el centro de Madrid. Soy de aquellos que piensan que una democracia parlamentaria como la nuestra se apoya en dos bases: un partido de centroderecha, moderado, y un partido de centroizquierda, de vocación socialdemócrata. Pero eso hoy en día es una quimera.
Los huérfanos. Y somos millones los que estamos donde debemos estar, en el centroizquierda o el centroderecha. La deriva extremista de Sánchez, sus peligrosas alianzas, y su búsqueda constante del conflicto para que sus seguidores permanezcan prietas las filas nos ha llevado a la resurrección del guerracivilismo y al ataque constante a la reconciliación postfranquista. Me ocurre constantemente que, cuando me encuentro con lectores muy de derechas, me ven como un rojo por contar cómo se construyó el Valle de los Caídos en el Valle de las Sombras. Pero es que, cuando me encuentro con gente muy de izquierdas, me ven como un facha por hablar de Paracuellos en mi novela '36'. Yo, como muchos españoles, veo como barbaridades la matanza de la plaza de toros de Badajoz y los fusilamientos en masa de Paracuellos. Pero hay gente que no, que ha vuelto a eso y sólo ve lo que hicieron mal los rivales. Dejo por unos meses esta columna porque me sumerjo en el 'editing' de mi siguiente novela, '1973', que saldrá en primavera y voy a andar mal de tiempo. Cuando vuelva, ya a principio de verano, veremos si ha caído Sánchez, para mí el peor gobernante de nuestra historia por delante de Fernando VII, o el caído es Feijóo, un líder de la oposición más que cuestionable. Espero verles pronto en esta humilde columna que quizá deberé retitular 'En tierra de nadie'. Lean mucho, infórmense, no se dejen enfrentar y reciban un abrazote chillao de este humilde cuentacuentos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.