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Soy un seriéfilo empedernido, lo confieso. Me gusta leer y siempre me gustó el cine, pero la aparición de las grandes plataformas de 'streaming' me permitió, como a muchos, acceder a unos contenidos audiovisuales excelentes al momento, en casa y que puedes ver a cualquier ... hora, parar y seguir cuando te apetezca. Eso, en la época de los videoclubs o el cine en sala, era imposible. Si alquilabas una peli y no la veías del tirón, los pagos por el retraso valían más que si la hubieras comprado. La aparición de las grandes plataformas rompió radicalmente con la forma en que consumíamos esos contenidos. Yo pensaba que, si se llevaba a la pantalla, Víctor Ros debía ser una serie porque me di cuenta de que era la mejor forma de llevar al audiovisual una o varias novelas. Y ya se hacía, recuerden 'Holocausto', 'Shogun', 'Fortunata y Jacinta' o una de las mejores, la 'Regenta', de Méndez Leit, que contaba en tres capítulos la maravillosa historia de Anita Ozores con una Aitana Sánchez Gijón absolutamente espléndida. Pero hay un género dentro de las plataformas que quizá a algunos se les escapa y creo que no deben dejar de lado: son los documentales basados en procesos judiciales, en sucesos, en crímenes, que están muy bien documentados, con un archivo gráfico excelente, bien narrados y que nos acercan a hechos que no se le ocurrirían al más brillante guionista o al mejor de los escritores. He disfrutado mucho con este género que algunos llaman 'true crime' y que, créanme, no tiene desperdicio.
El gafe. Esta es para mí la mejor docuserie de la historia, cómo no, de HBO. 'The Jinx' cuenta la historia de un tío que demuestra que la realidad supera a la ficción. Un hijo de millonario, un tío pasado de rosca, que es juzgado en Galvestone por asesinar y descuartizar a un compañero de vivienda. Cuando ves lo que pasó en el juicio, después del mismo y, también, años antes con su anterior esposa, alucinas. El protagonista, Robert Durst, miembro de una familia de la Gran Manzana, propietaria de enormes rascacielos, era un personaje digno de la mejor de las novelas. Y una cosa, el documental se resuelve en los últimos 30 s. Porque este tipo, que estaba como una cabra y consumía metanfetamina a cascoporro, cometió un error al aceptar participar en dicho proyecto. No se la pierdan.
'The Keepers'. Es otra joya, en Netflix. Una monja asesinada en el año en que nací yo, hace ya 54. Catherine Cesnik fue asesinada y su muerte arroja multitud de interrogantes. La buena mujer descubrió cosas que quizá no debía saber y ojo, recuerden que la muy católica Baltimore es una de las ciudades más corruptas de los States. Una red de corrupción que arrojó un manto de silencio sobre esta muerte, aunque viendo el documental podrán hacerse una idea de lo ocurrido. Y si estas dos que les he comentado fueran poca cosa, no dejen de ver 'Making a Murderer', la historia de Steven Avery. Otra serie de sucesos que, por improbables, parecen casi inventados por un guionista. Avery era un 'redneck', un paleto que daba muchos problemas al sheriff local y que acabó condenado por una violación que no cometió. Lo ocurrido en ese caso, el escándalo y las posibles indemnizaciones generaron un nuevo suceso truculento que sólo puede hacer alucinar al espectador. ¿Qué probabilidad hay de que una misma persona se vea metido a lo largo de su vida en dos movidas de esas características? Otro fenómeno.
Osho. Y si les interesan las sectas no dejen de ver 'Wild Wild Country', las andanzas y delitos cometidos por los seguidores de un gurú que vino de la India forrado de billetes y que se instaló en Oregón con su troupe. Un pequeño pueblo se vio invadido por esta panda de lunáticos que querían hacerse con la administración y cambiar las leyes. Ojo a la número dos del gurú, Shila, una pájara que se fue de rositas y que llegó a envenenar con salmonella a media población de The Dalles como experimento para ganar unas elecciones. No tiene desperdicio. No dejen de ver 'El Palmar de Troy' o 'Palomare', estas españolas. Y si quieren flipar, un 'Golpe Maestro', ni a propósito reúnes a una panda de locos así, 'El mochilero del hacha', otro 'flipao' o 'How to fix a drug scandal', dos drogadictas a cargo de los peritajes de drogas, grandes disparates que sucedieron de verdad.
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