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Así rezaba una pintada que apareció en Alcalá de Guadaira a mediados de 2016, que se hizo viral y que ha protagonizado miles y miles de memes. Parece ser que fue realizada por unas familias de okupas que fueron desalojadas después de que el ayuntamiento ... les prometiera que podrían quedarse en las viviendas en un régimen de alquiler social. Esa pintada se usa constantemente más en coña, más en serio, pero creo que se hace más que vigente tras el pacto de gobierno PP-Vox en la Región de Murcia.
Como en las elecciones. Después del pacto vemos que todos han manifestado que han ganado, como en una noche electoral: los unos porque dicen «lo veníamos diciendo», los otros porque han entrado en gobierno, los del PP porque creen habérsela colado a Vox y Podemos y PSOE porque han evitado unas elecciones a las que temían como a la vara verde. Ninguno de los partidos, salvo Sumar, quería elecciones, aunque los peor parados iban a ser los Abascales que están con un partido en descomposición, tras un fiasco electoral, y que afrontarían mal unos nuevos comicios si provocaban elecciones con su intransigencia.
Feijóo. Que no da una, ha vendido Murcia, así de claro. Tanto nadar para morir en la orilla. El pobre López Miras ha quedado como Guardiola en Extremadura porque Feijóo le ha hecho lo mismo que a ella. La determinación de los populares murcianos a gobernar en solitario era firme, y a Feijóo le vinieron cojonudamente para su debate electoral. Después del 23-J y del desastre por la asociación de PP con Vox, también, pero llegó la votación de la mesa del Congreso y Feijóo hizo el ridículo. El gallego no controla a su partido, recuerden lo de Mazón, el que persigue moscas, y Ayuso va a llegar más pronto que tarde, así que, como movimiento de reafirmación, para intentar que nadie le mueva la silla, se ha montado una investidura 'fake' que es una pantomima. Y ahí entró Murcia. Para echarse una tarde bonica en el Congreso ha vendido Murcia a los ultras.
Madrid. La orden vino de Madrid, para ambos. Y pese a las exigencias disparatadas de Antelo y Alpañez o la determinación de Miras de no meterlos, el líder del PP murciano se ha visto obligado a claudicar por orden de su jefe de filas, un tipo que, como el Cid, cabalga fiambre en el caballo de la investidura en su última batalla que, a diferencia del mercenario castellano, perderá. El PPRM, que es un partido que hila muy fino, negoció con Vox Madrid, y dentro del desastre que se le avecinaba ha logrado de los males, el menor. Ante la catástrofe que suponía que los 'volverán banderas victoriosas' cogieran Familia, Agricultura o Educación, les han hecho la del tres catorce.
Las cáscaras. Se han quedado con lo mollar y les han dado las cáscaras a los del partido del quinto gin-tonic. Cuando vengan a darse cuenta dirán «'emosido engañado'» porque se han inventado una consejería que es el sueño de Gestoso: Interior, Seguridad y Emergencias. Propongo que se llame 'Apatrullando la siudá'. ¡Toma ya! Primero porque la Seguridad e Interior son competencia de mi buen amigo, el delegado del Gobierno, Francisco Jiménez. Segundo porque Emergencias es, en realidad, una dirección general para que el que la disfrute, juegue a geyperman y se pasee por Murcia en helicóptero. ¿Fomento? Pues depende de las perras que tenga, pero una vez solucionado lo del AVE no puede dar mucho juego con el marcaje de las asociaciones ecologistas y, esperemos, partidos de izquierda. Aunque después del papelón que hicieron con la moratoria del Mar Menor uno ya se espera cualquier cosa. En definitiva, que después de vernos al filo del abismo, nos hemos salvado. 'Pa habernos matao', porque un Vox en caída libre, con los 'Espinosas' fuera, Abascal 'desnortao' y cayendo por momentos, vive ya su canto del cisne ante una España que le mostró su reprobación el 23-J. Pero al que no debemos perdonarle esto es a Feijóo, que ha vendido Murcia por 30 monedas de plata. Espero que en cuanto tengamos generales lo pague como merece, porque dice querer separarse de los Abascales pero a la hora de la verdad, siempre se encama con ellos. Una vez, vale, dos, podía colar, pero ya son muchas y Murcia, nuestra Murcia, se merecía algo mejor. Ha sido egoísta y se la ha jugado a López Miras, pero en el pecado lleva la penitencia, una penitencia trampista llamada Ayuso.
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