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Los verdaderos fallidos

La España autonómica no admite apocalípticas enmiendas a la totalidad

Miércoles, 13 de noviembre 2024, 00:52

Cuando se produce una catástrofe, las primeras horas son decisivas. Es en ellas cuando se pueden salvar vidas humanas, cuando aún es posible rescatar a ... los precarios supervivientes de perecer ahogados, enterrados o quemados. Eso es algo que sabe todo el mundo sin necesidad de ser presidente del Gobierno ni de una comunidad autónoma. Sin embargo, en Valencia se dejó que pasaran esas horas preciosas en un tira y afloja absolutamente insólito entre el Ejecutivo autonómico y el central. Este es un hecho incontrovertible que podrán sus responsables directos intentar disfrazar como quieran, pero del que hemos sido todos atónitos e impotentes testigos a través de los medios de comunicación. Quedan para el recuerdo las palabras de un sobrepasado Mazón pidiendo a los voluntarios que volvieran a sus casas o las de Sánchez a los cinco días de la tragedia –«si necesitan recursos, que los pidan»–, o las que, con una torpe sintaxis, dirigía a las cámaras una sonriente y sobrada Margarita Robles: «Lo que no podemos es que en un país el ejército haga todo; sus labores y las labores que corresponden a las administraciones, en este caso a la Administración valenciana».

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