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Hostelería hospitalaria

Ejercitemos la educación tanto como la paciencia, virtudes un poco en desuso, de las que no andamos sobrados

Lunes, 29 de agosto 2022, 08:34

Durante el ingreso en un hospital hay aspectos ajenos a los puramente sanitarios de capital importancia en su contribución para restaurar la salud. Son los relativos a la habitabilidad, los asuntos hoteleros, aliados necesarios para abordar de modo integral el proceso de tratamiento de toda ... enfermedad. En este caso, el lugar sí importa. La reciente encuesta anual sobre la calidad de la sanidad pública en nuestra Comunidad apuntaba a que el confort, a juicio de los interpelados, presenta aspectos manifiestamente mejorables. Es esta una cuestión compleja, en la que intervienen múltiples variables pero que desempeña, en no pocas ocasiones, un protagonismo indeseado, en entorno tan proclive a aflorar emociones. La brusca ruptura en las costumbres por la enfermedad conduce a vivir por un tiempo un lugar nuevo, desconocido –un ámbito especialmente sensible– con la incertidumbre de esta inédita experiencia vital. Se reside temporalmente en un ambiente percibido en el fuero íntimo como inquietante, desligado de hábitos y rutinas cotidianas, cercenadas de forma abrupta, las más de las veces, por caer enfermos en una contingencia inesperada; en un medio ajetreado, sin pausa, por donde bullen y se afanan personas extrañas enfrascadas en la dinámica activa de sus quehaceres cotidianos. Mientras, se transita en manos de otros en sillas de mano o camillas por pasillos y salas desconocidas, de luz exacerbada, perenne, sin que quepa distinguir los días de las noches, al rumor de voces ajenas, con ruidos y sonidos sobrevenidos por la propia actividad hospitalaria. Todo un conjunto añadido al temor, si no expresado con claridad, asumido en lo hondo del ánimo conturbado por la enfermedad. Lo que espera en estos edificios es un ambiente sereno, con una comodidad normal, sin alharacas, donde prevalezca el silencio. Luminosos y limpios. Con una decoración y un mobiliario cuidados, objetivos estos difíciles de alcanzar, dado el elevadísimo índice de rotación, con una continuada y recurrente ocupación y el empleo forzoso, sin descanso, de enseres comunes. Una vez desalojada una cama, un nuevo enfermo ocupa casi sin demora su lugar...

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