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La nueva sensación y, dicen, futura estrella del ciclismo es un inglés que se llama Tom Pidcock y mide 1,57. Es verdad que los ciclistas no suelen ser grandes, pero este británico más bien da para jockey. Lo de la poca altura siempre ha sido cosa de grandes. Jardiel Poncela medía 1,60. En una entrevista le recordaron que era el escritor más pequeño y replicó que tenía la misma estatura que Benavente o Ramón. Y de los muertos, que Echegaray o Bécquer. Por lo demás, el escritor más pequeño que ha existido fue el inglés Barrie, que tenía un metro treinta y ocho, es decir, casi liliputiense ('El hada curiosidad. Entrevistas indiscretas', Renacimiento). A ver, J. M. Barrie medía un poco más (1,47), pero es uno de los más conocidos enfermos de enanismo psicogénico. El autor de Peter Pan puso en el pasaporte que medía 1,61, cuando su perro casi era más grande que él. ¿Y cómo será la bicicleta de Pidcock? El enorme Armando Manzanero medía 1,55.
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