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Aunque con un rodeo por Alicante un poco infame, en Murcia ya tenemos un AVE con el que ir y venir desde la capital regional a Madrid, y eso mismo ocurrirá en poco tiempo (en términos de tiempo geológico, claro) con Cartagena y con Lorca.
Esto está bien, por supuesto. Pero ¿y el resto del territorio? ¿Dónde quedaron aquellos trenes que nos llevaron desde Caravaca a Murcia o aquellos viajeros que desde Calasparra o Cieza desembocaban en el corazón de la capital? ¿Y aquel decimonónico ramal ferroviario de Yecla que conectaba con la vía principal de Madrid a Cartagena? ¿Y las cercanías eficaces con Cartagena, Lorca o Águilas?
Ya entiendo que poder llegar en AVE a los sitios es una cosa muy actual y muy favorable. Todo mi apoyo. Pero también pienso que las soluciones ferroviarias de proximidad son las que realmente colaboran con la vertebración de territorios más amplios y en riesgo de vaciamiento, y en que las ciudades, con sus cada vez mayores extrarradios y su morfología cada vez más metropolitana, puedan tirar para adelante de forma mínimamente funcional. De hecho, no sé si a ustedes, como a mí, les da envidia cuando al viajar por regiones europeas, o incluso por algunos lugares españoles, comprueban cómo las personas pueden ir en tren desde muchos sitios a otro montón de sitios, incluidas pequeñas ciudades y lugares periféricos.
Yo creo que en todos los sitios, y particularmente en la Región de Murcia, es el momento claro del tren. Para intentar que los ciudadanos nos movamos con cierta dinámica, para mejorar la locura del tráfico y los colapsos en nuestras ciudades o para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Sin duda el tren, o a cualquier tipo de plataforma de tipo ferroviario, sería una fantástica estrategia en un escenario del siglo XXI en el que la movilidad privada supone el principal reto al que se enfrentan las ciudades y los territorios.
Imagino que pensar en recuperar y hacer modernas aquellas viejas conexiones de cercanías es, a estas alturas, una idea extraordinariamente cara y de dudosa rentabilidad, al menos económicamente. Pero igual hay que pensarlo bien y planificarlo a medio plazo, precisamente por la también extraordinaria rentabilidad social, ciudadana y ambiental de estas opciones. Y entretanto, sin ir más lejos, una plataforma metropolitana entre Murcia, Molina y Alcantarilla podría ser un primer acercamiento a un futuro murciano con más tren. Y para el entrañable FEVE de Cartagena, La Unión y Los Nietos, ponerle algún vagón más, ampliar el trayecto y dotarlo de unos horarios funcionales no debería de ser una cosa demasiado utópica.
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