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Gambito de Dama

El ajedrez es balsámico contrapunto a la estresante aceleración cotidiana, en ese permanente desasosiego inducido por el desconcierto social que nos embarga

Lunes, 10 de mayo 2021, 01:50

Ha sido una agradable sorpresa la notable aceptación suscitada por la serie de televisión 'Gambito de Dama', centrada en el juego del ajedrez. Sumidos como estamos en una sonrojante espiral de mediocridad, resulta encomiable –quizás por lo extemporáneo de la ocasión– reivindicar un pasatiempo idóneo ... para la gimnasia mental. Su práctica, si bien no olvidada, no parece atravesar su mejor momento entre las preferencias de ocio. Ha sido desplazada por el abrumador predominio de juegos electrónicos, en los que prevalece una rutinaria mecánica poco proclive a pensar. Un juego del ajedrez es balsámico contrapunto a la estresante aceleración cotidiana, en ese permanente desasosiego inducido por el desconcierto social que nos embarga. No pequemos de optimistas, pues no parece que vaya a prosperar dedicarle tiempo a una actividad pausada, reflexiva y sin aspavientos, como la que fluye alrededor de un tablero. En un entorno calmado, dos personas frente a frente activan sus potencias neuronales para indagar soluciones, intuyendo alternativas a las previsibles respuestas del adversario. En una intensa abstracción mental, levemente interrumpida por el chasquido de las piezas –blancas y negras–, dispuestas sobre sesenta y cuatro cuadrados. Alfiles y peones, caballos y damas, torres y realeza se deslizan por manos expertas, siguiendo órdenes mentales que persiguen una victoria. Caso de no alcanzarla, y empatar, se acepta tablas sin más. Con el agradable colofón, por inusual y desusado, de estrechar sus manos los contendientes con suma deportividad.

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