Secciones
Servicios
Destacamos
Todos aquellos que somos desconocedores de las interioridades de la medicina recibimos en los últimos tiempos, a través del fútbol, lecciones aceleradas de esta ciencia ... benemérita y sus ramas afines: anatomía, psicoterapia, traumatología... Hasta ayer mismo, el ciudadano corriente manejaba un número limitado de términos médicos o anatómicos. A su alcance solo estaba hablar, con cierta propiedad, de resfriados, gastritis, gripe, fiebre, virus, vacunas, peroné, rótula y pocos más.
Los más leídos quizá llegaban a emplear términos de mayor enjundia como cistitis, fibroma o metacarpiano. Sin embargo, la difusión masiva y universal del fútbol y el espectáculo que lo rodea ha extendido entre sus incondicionales una serie de tecnicismos antaño reservados a personas del entorno de la medicina. Músculos como los gemelos, los abductores y los isquiotibiales son hoy citas comunes entre los comentaristas deportivos, términos que son difundidos entre sus oyentes o lectores, de manera que las gentes del común navegan entre jugadas, compra y venta de jugadores e incluso de partidos, estrategias, tácticas de ataque y defensa, junto a voces que ayer mismo eran propias de ámbitos mucho más especializados. Como consecuencia, bastantes personas de la calle, a través de la televisión y otros medios, ha pasado de compartir palabras antiguas y populares como tabardillo, patatús, faratute o jamacuco, con otras de última generación que se manejan en el ámbito futbolístico.
Leemos, como si fuésemos entendidos, que Gareth Bale ya padecía una 'protrusión discal', dolencia en la columna parecida a la hernia, cuando fue 'comprado' por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, en 2013; Messi sufrió una 'pubalgia' que le hizo jugar a medio gas durante algún tiempo, y antes, cuando participó de forma poco efectiva con la selección de su país de origen –porque Argentina fue derrotada en la Copa América– estuvo afectado por un cuadro de 'dolor inguinocrural' que repercutió en su escaso rendimiento con el balón; a Modric le afectó una 'lesión condral' en la rodilla izquierda que le impedía una participación a pleno rendimiento con su equipo; Cristiano Ronaldo, de tarde en tarde, padece depresiones y tristezas por la falta de goles, por lo que hay que suponer que lo atiende toda una legión de psicólogos y otros profesionales del espíritu para que el equipo no se desmorone por la ausencia del líder. Y, en fin, estamos en contacto con otras dolencias como 'fascitis plantar', 'orquitis' y 'conmoción cerebral por contacto'.
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, según decía el conocido personaje de la zarzuela, y lo cierto es que, al menos en el conocimiento de su terminología, los tecnicismos médicos van calando en capas de la población hasta ayer impermeables al vocabulario científico. Entiéndase que no se trata de que la gente corriente entremos de lleno en el conocimiento e interioridades de esta ciencia sino que se nos hacen familiares de tanto oírlas e incluso llegamos a saber a qué se refieren si los comentaristas deportivos nos lo explican. La salud de los futbolistas importa mucho, sobre todo porque tiene que ver, más que con el deporte, con una inversión económica, sobre todo si forman parte de equipos de nuestra particular predilección.
Miren por donde, el fútbol, además de hacernos pasar muy buenos momentos, anestesiándonos sobre lo que ocurre fuera de su seno, nos hace olvidar las diversas podredumbres que acontecen en su interior (operaciones inmobiliarias de dudosa legalidad, patrocinios de países gobernados por dictaduras medievales...). Nada ha ocurrido tras conocerse la compra de partidos y las supuestas malversaciones de fondos por parte de directivos de la FIFA como Blatter, Villar, Platini y adláteres, y además saber que han servido a los poderes políticos que han ocupado el Gobierno y sus aledaños desde la dictadura para esconder las inacabables corruptelas en la política nacional y autonómica. Nada diferente, por otro lado, de lo que ya habían inventado las clases dirigentes romanas para 'entretener' a la plebe y que se resume en la expresión 'pan y espectáculos de circo' ('panem et circenses').
No obstante, no sabemos nada, porque el fútbol genera ingentes cantidades de dinero que tienden un velo de opacidad sobre asuntos espinosos, de los males que acontecen a otros componentes del espectro social como quienes trabajan en las minas (silicosis), los invernaderos o el campo (golpes de calor, desmayos y envenenamientos por productos peligrosos para la salud), en la pesca de alta mar (reumas y artritis), en la construcción o las diferentes Administraciones (depresión, insolaciones, lesiones dorsales, estrés, agresiones, síndrome de Burnout...).
Quienes manejan para su propio beneficio el fútbol procuran que siga siendo el gran e intocable juguete. Fuera de él nada importa con tal de que el equipo preferido de las multitudes gane una copa, un campeonato o le sacuda estopa al equipo de la ciudad vecina. Una lástima.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.