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Fuerza y honor

VERITAS VINCIT ·

Don Sánchez y don Iglesias, en cuarentena, acuden a reuniones del Consejo de Ministros saltándose la norma

Lunes, 23 de marzo 2020, 02:54

Fuerza y honor». Con esta rotunda e impactante frase arengó el general romano Máximo Décimo Meridio a los legionarios de la VII antes de la batalla contra las tribus germánicas cerca de Vindobona.

Fuerza y honor es lo que necesitamos para librar la batalla contra este maldito enemigo, el coronavirus, que ataca sin piedad y a traición. La batalla está siendo muy dura y cruenta, pero entre todos la vamos a ganar a pesar de tener al mando a alguien tan inútil como don Sánchez, quien, teniendo a su disposición toda la información sobre el tremendo poder de contagio del virus y su brutal propagación, conociendo el drama de China e Italia, y la cifra de infectados en Madrid, no solo permitió sino que alentó una gran concentración de mujeres feministas en la capital del reino y en otras ciudades españolas.

Al taimado presidente le importó un bledo el peligro al que exponía a miles de españoles, incluida su esposa; primó su deseo de enarbolar la bandera del feminismo, para así tratar de conseguir algunos miles de votos y lo hizo con la inestimable colaboración de Fernando Simón –no olvidemos este nombre, eminente epidemiólogo, director del Centro de Coordinación de Alertas y Asistencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, que informó, el sabrá por qué, de la inexistencia de riesgo de contagio en esta u otras concentraciones–, al tiempo que autorizó y alentó la 'manifa', se ciscó en el riesgo, se alegró del éxito para salir a la palestra al cabo de unos días, con rostro compungido y humilde franciscanismo, para acojonarnos; poner a España en situación de alarma, confinarnos en nuestras casas, cerrar los comercios, y las fronteras e, imitando al 'Exhumado', asegurarnos que desde Moncloa, con la luz de su mesilla siempre encendida, el presidente velará por nuestra salud haciendo lo que hay que hacer, cuando haya que hacerlo y donde deba hacerlo, cosa que ni él mismo sabe lo que es.

Y ahora, en plena magnitud de la tragedia, sabiendo como saben que la han cagado, buscan el apoyo de algunos medios de comunicación, que sin las subvenciones, las prebendas y los 'cariños' del poder social-comunista no son nadie, y difunden un engañoso mantra: «Saldremos de esta, todos a una con el Gobierno, tiempo habrá para las criticas».

Hipócritas, farsantes... Repasemos las hemerotecas. ¿Acaso os comportasteis así en crisis pasadas cuando los gobiernos de derechas no habían tenido más responsabilidad que intentar decir la verdad? Sois una panda de impresentables. Lo que no comprendo es cómo personas escoradas a la izquierda, que no por eso merman para nada mis respetos y en algunos casos mi admiración personal, cuando les intento razonar que don Sánchez, don Iglesias, y ahora don Simón son culpables en parte de todo el desastre que nos ha venido, se ponen nerviosos, se alteran, y sin argumentos en contrario me repiten como papagayos el mantra: «No es hora de pedir responsabilidades; ahora todos unidos con Sánchez».

No confundamos, aun jodidos por este encarcelamiento, por supuesto digo que hay que ser solidarios y aceptar las órdenes que nos dé el Gobierno, por cierto los que antes no solo negaban la virulencia del virus sino que ridiculizaban a los que la prevenían. Pero de ahí a tragar y olvidar quiénes son en parte responsables, de eso nada. ¿Acaso han pedido perdón por su equivocación?, ¿están predicando con el ejemplo? Para nada, don Sánchez y don Iglesias, en cuarentena por la infección de sus parejas, acuden a reuniones del Consejo de Ministros saltándose la norma y sin la obligada protección. ¿Cómo podemos seguir confiando en el presidente, que aprovecha un decreto ley de medidas económicas destinado a paliar la crisis que se avecina para colar a don Iglesias en el sanedrín que va a poder conocer los secretos de Estado? No tiene solución: 'El que nace barrigón tontería es que lofajen'. No olvidemos, porque el que olvida lo pasado está obligado a repetirlo.

Fuerza y honor. Unidos y solidarios para salir de este drama, aun sabiendo que nos falla el general, el ayudante, el estado mayor y demás mandos, pero que contamos con unos sanitarios, unas fuerzas y cuerpos de seguridad, unos transportistas, unos ciudadanos anónimos, que nos están ayudando a librar y ganar este combate para ellos fuerza, honor y gloria. Y todos a cuidarnos.

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