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Fitness de golpe

EL DÉCIMO DENTISTA ·

Viernes, 12 de febrero 2021, 01:29

Bienvenidos a esta sesión de fitness. (Suena música de aeróbic). Comenzamos el calentamiento para activarnos. Fijamos la atención. Nos concentramos. Y uno y dos. Sin despistarnos con el fondo, soltamos al ritmo de 'Això, no toca'. Estiramos. Ahora, ejercicio de 'core'. Activación de abdomen a lo cuarta ola de Simón. Puede darnos sacudidas en el abdomen. Cuidado, no vayamos a desternillarnos. Aunque a veces, resulta inevitable. Pero sin desviar la mirada hacia el exceso de mortalidad por millón que nos sitúa entre los peores. Tampoco hacia el desfile de fallecidos, accidentes difuminados en el fondo.

No paramos. Concentración. Vamos con esas sentadillas de elecciones a la catalana para fortalecer el tren inferior. Aguantamos posición 'caganer', prohibido moverse salvo para botar. Elecciones arriba, elecciones abajo. Y uno y dos. Ya veremos si contamos el resultado de todo este ejercicio. Aguantamos concentrados. Si detrás ven a encapuchados tomando calles, privando de libertad de expresión a quien piensa diferente, no se preocupen. Son los nuevos chicarrones, chiquillos de container y parapeto, ejecutores del 'apreteu'. Y si el hombre de paz de los 9 mm parabellum reparte carnés de democracia plena en la sección de saldos de memoria de Hipercor, pelillos a la mar de la normalidad.

Ahora, preparados que hacemos 'burpees' de inmunidad, saltos de protocolos combinados con flexiones de brazos vacunados y alguna que otra genuflexión. Uno, dos, uno, dos. Venga... que no decaiga. Con la comba, marcamos un rosario de saltos de protocolo, bien definido. Sigamos el ritmo hipnótico como rebaño contingente que sigue el carrusel de inmunizados necesarios. Pero no reparen en buscar al factótum perdonavidas de prioridades y listas, administrador de lo ajeno.

Buscáis la nueva normalidad, pero esta cuesta; pues aquí es donde vais a empezar a pagar: con sudor. Aguantamos haciendo planchas asimétricas de normalidad anormal, sin tocar suelo, livianos como maletas de Ábalos, etéreos como las justificaciones malabares de Montero. Obviemos a un vicepresidente de anormalidad democrática mientras esperamos fondos europeos de rescate. Da igual que no sea normal disfrazar de preso político a quien está preso por sus delitos y no por sus ideas o la degradación de las instituciones, la vulneración de la separación de poderes y los ataques a la prensa. Poco a poco, respiramos. Recuperamos con desescaladas salvíficas del sálvese quien pueda mientras la tragedia sanitaria y las presiones hospitalarias se desdibujan en nuestra efímera memoria. Ejercicios lingüísticos de faros de recuperación, liderando 'titanics'. Ausentes frente decretos tangenciales en un estado de alarma perpetuo y revisable. Acabamos.

Hacemos estiramientos. ¿Ven? No era tan difícil vulnerar sus derechos como ciudadanos en solo una sesión de fitness. Y, lo más importante, sin tener que irnos a Myanmar saltándonos cierres perimetrales.

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