Secciones
Servicios
Destacamos
Cada 6 de diciembre conmemoramos aquel momento extraordinario en el que el pueblo español decidió dejar a un lado décadas de desavenencias y enfrentamientos para ... construir entre todos un proyecto común de futuro sobre dos pilares fundamentales: el diálogo y el consenso para llegar a acuerdos.
En un instante crítico para aquella España recién salida de la dictadura, hace hoy 46 años, una inmensa mayoría ciudadana antepuso la reconciliación fraternal al sectarismo ideológico; la generosidad, al propio interés; y la búsqueda de un futuro pleno de esperanza, a un obstinado anclaje en el pasado.
Un gran logro colectivo, inconcebible apenas unos años atrás, gracias a la aprobación en referéndum de la Constitución de 1978, que contó con un amplísimo respaldo social, también en la Región de Murcia, donde el 'Sí' supuso el 91,3% de los votos emitidos.
Una 'Ley de leyes' sobre la que hemos fundamentado desde entonces la etapa más prospera, pacífica y democrática de nuestra historia reciente como nación, imbuida de principios constitucionales como las libertades individuales y colectivas en su máxima expresión, la igualdad de todos los ciudadanos ante la justicia, la solidaridad interterritorial o la separación de poderes, en cumplimiento de lo expresado en su primer artículo y de los que nuestra Constitución ejerce como escudo y salvaguarda con ejemplar solidez.
De ella emana también el modelo territorial autonómico sobre el que se sustenta la España del siglo XXI, que ha propiciado una mayor cercanía de las instituciones a una sociedad que es la más plural, más libre, más solidaria e inclusiva que hemos conocido.
Nuestra Carta Magna es la culminación de ese proceso histórico tan admirado en todo el mundo como fue la Transición española, dando paso al llamado Régimen del 78 que hoy muchos quieren desacreditar y dar por extinguido mientras que, paradójicamente, en muchos países es tomado como el mejor ejemplo a seguir para transitar de manera pacífica desde un modelo político autoritario a una auténtica democracia. Y esto es algo por lo que debemos sentirnos orgullosos todos los españoles en este Día de la Constitución que hoy celebramos.
Unos valores que vuelven a ser más necesarios que nunca para afrontar la crisis institucional provocada por quienes prefieren retorcer en beneficio propio los principios sobre los que se asienta el régimen político consagrado por la Constitución, poniendo en riesgo ese Estado social y democrático de Derecho que los españoles se dieron libremente en referéndum.
Aquellos que atentan contra los valores recogidos en nuestra Carta Magna parecen ignorar que su gran fortaleza reside, precisamente, en su propio origen, como fruto del consenso y expresión de los anhelos compartidos por una gran mayoría de españoles, entonces y ahora. Y también, que cualquier intento de alterarla o modificarla en aquellas cuestiones que afectan a derechos y libertades fundamentales, exige de amplios acuerdos fruto del diálogo y del interés general en seguir avanzando juntos como parte de un gran proyecto común donde ningún territorio, autoridad o persona está por encima el resto.
Contamos para ello con una institución tan ejemplar y respetada como la Corona y la figura de Su Majestad el Rey Felipe VI, que ejerce de manera extraordinaria su función de más alto representante y símbolo de la unidad de la Nación, así como su labor de arbitraje y moderación entre las diferentes instituciones, en cumplimiento de lo establecido por su mandato constitucional.
Nuestra Ley Fundamental ha demostrado desde 1978 una admirable capacidad de adaptación a las circunstancias de cada momento histórico, mostrando las virtudes de una norma legal que merece ser conocida y valorada en su justa media también por los más jóvenes. Y por ello, la Región de Murcia ha sido la primera comunidad autónoma en introducir en este curso una asignatura sobre la Constitución Española y la Unión Europea.
España debe alcanzar todavía importantes pactos de Estado en asuntos tan esenciales como una financiación autonómica justa y equitativa sin privilegios entre territorios, la solución definitiva al problema del agua en todo el ámbito nacional, las infraestructuras de transporte y comunicación, el gran reto social planteado por la inmigración, así como poder facilitar el acceso a la vivienda.
La solución pasa, sin duda, por recuperar el espíritu de concordia, de unidad, de diálogo y de búsqueda de consensos que están en el origen de esa Constitución de 1978 que ha demostrado, desde que fuera aprobada, su inmensa valía como motor de cambio, de libertad y de progreso.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.