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Europa post-Covid-19

Es necesario extender el debate sobre el futuro de la UE al conjunto de sus ciudadanos y a las organizaciones representativas de la sociedad civil

Jueves, 2 de julio 2020, 01:03

Es evidente, especialmente en comparación con la crisis financiera de 2008, que la UE ha dado una respuesta más rápida, demostrando una gran capacidad propositiva para el desarrollo de nuevos instrumentos de gobernanza europea. Una parte fundamental de estos instrumentos deben de ser todavía sometidos a negociación y posterior aprobación por parte del Consejo Europeo, del Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo. No será una negociación fácil como ha reconocido recientemente el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una comparecencia a puerta cerrada en el Parlamento Europeo.

Sin embargo, considero que las propuestas para la recuperación y su alto nivel de aceptación por parte del Parlamento Europeo, institución que representa los intereses de los ciudadanos europeos; así como por parte de los Estados, puesto que no hay consenso, pero sí parece haber una mayoría cualificada que recibe con satisfacción las propuestas de Next Generation EU y de expansión del MFP; envían un mensaje político fuerte. Hay una mayoría política dispuesta a avanzar en el proceso de construcción europea, dispuesta a dotar de mayores y mejores instrumentos y medios a las instituciones.

La crisis de la Covid-19 ha reabierto y legitimado debates como el de la dimensión del presupuesto europeo y la necesidad de que este supere el 1% de la RNB europea, sobre los instrumentos de recaudación de las instituciones y también sobre la gobernanza. En este sentido, se han multiplicado las publicaciones y propuestas sobre el futuro de Europa, como la posición del grupo parlamentario de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo sobre el futuro constitucional de Europa. Un debate sobre el futuro de Europa que ya estaba entre las prioridades de la UE para esta legislatura como confirma la comunicación de la Comisión sobre la Conferencia sobre el Futuro de Europa de enero de 2020.

Más allá de la capacidad propositiva de las instituciones, parece evidente que es el momento de afrontar reformas en la arquitectura institucional de la UE para responder a la actual crisis, a las crisis futuras, tan imprevisibles como seguras, y a las demandas cada vez mayores de la sociedad: transición ecológica y lucha contra el cambio climático, crecimiento sostenible e inclusivo, lucha contra las desigualdades, cohesión social, digitalización, etc.

Durante la pandemia, se ha repetido el mantra sobre las oportunidades que engendran las crisis, un mantra promovido por las propias instituciones a través del mensaje de que este es el momento de Europa. Sin duda, la Unión tiene una ventana de oportunidad tanto por razones endógenas, como el resultado de las últimas elecciones europeas, el incremento de la participación y del apoyo a las fuerzas políticas pro-europeas; como por razones exógenas, amenazas como el 'Brexit', la consolidación de China como una potencial global iliberal y la presidencia de Donald Trump en EE UU, entre otras. Elementos que refuerzan la necesidad de una UE promotora de derechos y libertades, garante del multilateralismo y líder en las transiciones verde y digital.

Por lo tanto, este parece el momento adecuado para afrontar debates claves como la necesidad de un presupuesto europeo robusto, incrementando los recursos propios; el cuestionamiento de la necesaria unanimidad en el Consejo. Si bien es cierto que las decisiones deben de tender a la unanimidad, cabe preguntarse si una minoría puede bloquear las decisiones de una mayoría cualificada. También es fundamental extender la capacidad de codecisión del Parlamento Europeo al conjunto de las competencias comunitarias, o clarificar el sistema de la elección del presidente/a de la Comisión Europea, así como afrontar la demanda de que una parte de los diputados y diputadas del Parlamento Europeo puedan ser elegidos a través de listas transnacionales.

En definitiva, una serie de debates más necesarios que nunca y que no pueden afrontarse exclusivamente a través del método comunitario: Comisión, Parlamento y Consejo. Es necesario extender el debate sobre el futuro de Europa al conjunto de sus ciudadanos y a las organizaciones representativas de la sociedad civil, tal y como prevé el proceso de conferencia sobre el futuro de Europa. Esta inclusión de los ciudadanos es una demanda social pero también es fundamental para luchar contra las 'fake news' y la desconexión entre las propuestas de la UE y la sociedad, que quedó patente en los referéndums nacionales que no permitieron refrendar el proyecto de tratado por el que se pretendía establecer una constitución para Europa en el año 2005. La pandemia ha demostrado la necesidad de más coordinación, la interdependencia y la necesidad de ofrecer soluciones conjuntas a desafíos globales. Es el momento de construir el futuro de Europa involucrando a su ciudadanía. ¿Qué puede hacer Vd. por Europa?

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