Grecia condena el fascismo

La democracia griega se ha fortalecido con una decisión judicial que ha condenado a los líderes del partido ultra Amanecer Dorado por estar al frente de una organización delictiva. El proceso se desencadenó a raíz del asesinato de Pavlos Fyssas, músico y activista de izquierda, apuñalado de muerte en 2013. El asesino material, Yorgos Roupakias, miembro de Amanecer Dorado, confesó el crimen y ha sido condenado, pero el meollo del proceso estribaba en si el jurado condenaría o no a los dirigentes de la formación política como miembros de organización criminal e instigadores del crimen. Y así ha sido: la presidenta del tribunal del jurado ha sentenciado que el fundador y líder de la formación, Nikos Michaloliakos, y otros miembros destacados de la misma son culpables, por lo que recibirán una larga condena. Amanecer Dorado, un partido xenófobo y racista, nació en el peor momento de la anterior crisis, en 2012, y en 2015 llegó a ser la tercera fuerza parlamentaria, pero desde el arresto de su líder la formación cayó en picado y en las elecciones de 2019 se convirtió en extraparlamentaria. La otra extrema derecha europea debe tomar nota de los límites de su radicalización si quiere permanecer en el seno de nuestros estados de derecho.