Doña Concordia
VERITAS VINCIT ·
Desengáñese, don Iván, el sacamuelas de su líder ya no nos coloca ni uno solo de sus brebajes, cambie de estrategiaSecciones
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VERITAS VINCIT ·
Desengáñese, don Iván, el sacamuelas de su líder ya no nos coloca ni uno solo de sus brebajes, cambie de estrategiaEn tiempos de Roma se veneraba a la diosa Concordia Augusta, cuya versión griega era Harmonía, como símbolo de acuerdo, entendimiento y armonía matrimonial, asociado ... a las deidades femeninas de Securitas y Fortuna. Su culto fue de especial importancia en la familia imperial y muchas matronas de esa estirpe tomaron su nombre. En el arte esta diosa ha sido representada con largo manto y portando en la mano una patera como cuenco para uso sacrificial, una cornucopia en símbolo de prosperidad o un caduceo, de paz.
Pedro el Concordador, contra viento y marea y caiga quien caiga, acaba de indultar a una panda de sediciosos delincuentes para así, de una parte asegurarse un par de años más de disfrute del poder, sus vicios y sus deleites, y de otra, poner los cimientos para la disolución de España como nación y la venida de una república federal de la que él sería el presidente perpetuo. Sabedor del rechazo que provoca esta traición, no solo entre los «indecentes fachas», sino entre socialistas de bien que aún quedan, aunque, de seguir por estos derroteros, serán una especie en extinción, no ha parado, una y otra vez, de intentar darnos un punto de doctrina aludiendo, sin rubor y con maneras y palabras de predicador cutre, al mantra del perdón y la concordia.
Cuánto impostado misticismo, qué equívoca bonhomía. Muchos pensamos que perdón y concordia son términos tan beatíficos como saludables y que deberían ser moneda de curso en las relaciones humanas, pero una cosa es predicar y otra dar trigo y ejemplo. Este traidor, además de tramposo y lenguaraz, no provoca más que desconfianza y rechazo. No es buena cosa perder mayoritariamente la confianza de los gobernados y para muestra basta que desde el Gobierno se haya recomendando un segundo pinchazo de Pfizer a aquellos que primero lo tuvieron de AstraZeneca para que se le haga una aparatosa higa a los truhanes. Desengáñese, don Iván, el sacamuelas de su líder ya no nos coloca ni uno solo de sus brebajes, cambie de estrategia.
Ya tenemos el indulto: prelados, patronal catalana, más algún líder empresarial recién condecorado, a favor, no sé si por convicción o por interés; los penados, indultados y sus compinches, disconformes e insatisfechos, exigen la amnistía para así, entre otras cosas, poder aclamar en tierras catalanas al fugado Puigdemont. Reciben el anuncio del indulto con gran abucheo a las puertas del Liceo, dan la espalda al insultador y se ríen de él en sus barbas.
¿Ha reparado don Sánchez en el resto de catalanes constitucionalistas, por cierto, ausentes del abucheo, esos a los que se les señala y persigue como traidores 'botiflers', los que no consiguen que sus hijos puedan ser enseñados en la lengua de Cervantes, los arruinados por tanto robo y tanto despilfarro? A ellos, ¿quién los concorda? Y a nosotros, una mayoría enorme de españoles que amamos Cataluña como una parte indivisible de España, que siempre hemos admirado esa antaño próspera y trabajadora región, los que hemos sido fans del Barça, pero rechazamos el uso partidista que se le intenta dar al club, a los que nos gustan las Ramblas, Santa María del Mar, la Costa Brava, el Pirineo, la 'escudella i carn d'olla' y la 'botifarra amb mongetes', pero que detestamos a los que quieren la división desde el odio a esa España que 'es roba', ¿quién nos concorda? No nos bolee, don Sánchez. Hace siglos que catalanes, murcianos, andaluces, gallegos y castellanos estamos concordados, han sido esos delincuentes juzgados y condenados y usted, que por personal interés los ampara, los que, con un ansia de tener poder para trincar, han sumido a esa querida región en un infierno de intolerancia, enfrentamiento y ruina económica.
Dieron un golpe de Estado, alardean de ello, no se arrepienten, siguen ciscándose en la Constitución, injurian al Rey que es símbolo de todos los españoles, aborrecen y persiguen a los que no piensan como ellos y saben que usted don Sánchez es un títere en sus manos que les dará lo que le pidan con tal de seguir en el machito. Cada vez que usted pida concordia yo le responderé: 'A los españoles, que somos muchos más que los disidentes ¿quién nos concorda?'. Don Sánchez ha concordado, quién nos concordará, el concordador que nos concordara, buen concordador será.
Tomo para terminar la última acepción de la diosa Concordia: «Armonía matrimonial». Si lo que quiere Sánchez es disfrutar en el tálamo dándose un revolcón con Junqueras y Puigdemont que lo haga, entre golfos anda el juego, pero a nosotros, los 'fachas' y los socialistas no sanchistas, que nos deje vivir en concordia y paz.
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