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No se refiere a la inflación que esperemos, con todos los dedos cruzados, que empiece a disminuir. Dieciséis son los meses que han pasado desde ... que la moción de censura en el Ayuntamiento de Murcia puso al frente del mismo a un alcalde socialista. La inmensa mayoría de politólogos insiste en que la alternancia en el poder es absolutamente necesaria para la buena salud democrática; siempre que esta se produzca siguiendo los procedimientos establecidos. Y aunque algunos disientan, la moción de censura es tan legítima como las elecciones para lograr un cambio de gobierno, municipal en este caso. Y ese ha sido también el camino seguido para cambiar a los alcaldes pedáneos.
De acuerdo con los datos del Ayuntamiento de Murcia, son 52 las pedanías que dependen del mismo y, siguiendo los números más actuales del censo de población, el 63 por ciento de los ciudadanos reside en ellas mientras que, en 2005, lo hacía el 56 por ciento. Por mucho que no se nos den muy bien las matemáticas, la conclusión es sencilla. Cada vez más gente se traslada a las pedanías y deja la 'almendra central', como dicen en otros lugares. ¿Y esto tiene alguna implicación, pongamos, por ejemplo, en el presupuesto? Tarea imposible de averiguar.
La información de los presupuestos municipales abiertos, ayuntamiento 'dixit', acaba en 2020 y hay que buscar los datos en otro sitio. Los nuevos gestores aprobaron las cuentas públicas para 2021 y están en ello para este año, quizás antes de las uvas. En cualquier caso, revisando el programa de gasto es absolutamente imposible saber cuánto se ejecuta en cada pedanía. Y no es difícil presentar las cuentas con, al menos, una aproximación a lo que se gasta en ese 63 por ciento de la población que vive en esos lugares. Se trata de tener un poco de interés para que realmente el ciudadano sepa cuánto, y dónde, se ejecutan sus impuestos; y favorecer la tan idílica transparencia.
La impresión que se tiene es que hay varios niveles de 'interés' y 'cuidado' dependiendo de la zona de la que hablemos. Parece que habría unanimidad en considerar que un significativo porcentaje de las élites de la ciudad considera que lo que cuenta es el espacio delimitado por el río, la gran vía, la circular y la catedral, calle arriba o abajo. Lo demás, sin duda, es tierra conquistada. Es evidente el diferente cuidado, y por supuestísimo, la distinta cantidad de dinero invertida cuando se pasea por el centro o por los barrios, nada periféricos. Pueden argumentar que por Alfonso X pasa mucha gente y por Vistalegre bastante menos. Vale. Asumimos pulpo como animal de compañía. Pero ¿es eso justificación suficiente para que por el primero pasen las máquinas limpiando varias veces al día y por el segundo las vean en fotografías? Y eso solo por poner un fácil ejemplo.
Algunas de las primeras declaraciones del actual alcalde, que presumía de ser de una de las 52, y de parte de su equipo, tenía que ver con hacer más y mejor por las pedanías; imagino que también por los barrios periféricos. Sé de muchos que estuvieron a punto de sacar la bandera, como en 'Bienvenido, Mister Marshall', de emoción. Por fin, después del abandono tan increíble de los gobiernos municipales del PP, para los cuales el mundo acaba en la Gran Vía, existíamos. No sé si conocen el libro de Buzzati 'El desierto de los tártaros', o su versión en película. A la emocionada espera, y a las enormes expectativas que se narran, le sigue la nada; la enorme, compleja y frustrante desesperanza en grado superlativo. Básicamente lo mismo es lo que sentimos los sufridos habitantes del más allá. Por ejemplo, vivo en el mismo sitio desde hace 10 años. Cuando llegué la acera ya estaba rota. Estos meses pasados de lluvia tuvimos, durante semanas, una familia de patos viviendo en lo que, teóricamente, es la acera pero que, en la práctica, era una piscina olímpica, con patos claro. Otro ejemplo. Al principio no entendía el afán de la gente por andar por en medio de la calle, con riesgo claro de sus vidas. Pero no hay otra opción. Las aceras miden 40 centímetros. Están rotas. O llenas de postes de luz o similares. Sin ninguna duda, deberían estar en la lista de las ciudades amables. Igual de encantadoras para caminar, o sentarse que, el paseo de Alfonso X. Parece que hay muchos niveles de ciudadanos en Murcia capital. También en las pedanías hay ciudadanos de primera y de segunda. No es extraño que algunas quieran convertirse en municipios.
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