DiarioLeaks I
EL DÉCIMO DENTISTA ·
Por algún extraño motivo, me veo convertido en un fortuito AssangeSecciones
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EL DÉCIMO DENTISTA ·
Por algún extraño motivo, me veo convertido en un fortuito AssangeLo confieso, aunque ni me arrepiento ni tengo propósito de enmienda. Me quedé sorprendido cuando aquel extraño correo electrónico irrumpió en mi bandeja de entrada saltándose a la torera seguridades, filtros y mi propia indiferencia. Mi primera reacción, eliminarlo. Pero algo atrapó mi atención: emisor y receptor coincidían, ¿quién? Lo mantendré en secreto por su trascendencia pública. Por algún extraño motivo, misterios insondables de la informática, me veo convertido en un fortuito Assange, un involuntario y fugaz Villarejo de brazos caídos en un sorpresivo filtrado. Cada semana, puntualmente recibo una nueva misiva electrónica que revela pensamientos y reflexiones personales a modo de diario. Una especie de DiarioLeaks. Al principio, sentí cierto pudor. Me sentía allanando un espacio de intimidad, pero, al constatar su valor didáctico sobre el teatro político, la curiosidad pudo conmigo. Al cabo he resuelto convertirme en ocupa cibernético y compartirlo abiertamente, aunque omitiendo referencias personales. Mi dilema ético mudó a un reparo meramente estético. Aquí un primer extracto, juzgue usted mismo:
«17/9:(...) Es todo tan absurdo. Ni idea sobre el pronunciamiento de hoy. Canutazo tempranero. Pero da igual. Todas las mañanas, a primera hora, el bendito argumentario de partido elaborado por mi cueva, el gabinete. Absurdo, pero efectivo. Lo confieso me deslizo por inercia y a veces me da la risa. Mirándome legañoso al espejo saco el actor que nunca pensé llevar dentro. Un Banderas. Ríete de Coronado. Pero cansa. Los actores al menos finalizan y vuelven en sí. Yo no paro. Parezco Bono, un actor sin descanso. Una autocaricatura. (...) Pero me siento poderoso y compensa. Se lo creen todo. Lo discuten como si fuera sagrado. Lo importante carece de importancia. Alzo una bandera y se arma en redes, en medios. ¿Y qué harían sin mi teatrillo? (...)
21/9: ***** de la cueva me insiste siempre en marcar agenda. Tras la gresca, desaparezco, pero ellos siguen y siguen de bronca como si fuera política relevante. Solo el Poder lo es. O estás dentro o no estás. (...) Pero no se dan cuenta. Son idiotas. Se merecen toda distracción. Caen en mi película y me adueño de sus sentimientos. Ni se percatan. Y piensan que piensan, pero solo reaccionan ante zanahorias. 'Hay que marcar agenda', me martillea *****. Más razón que un santo. Qué listo es el cabrón. Y si alguien me rebate, no hay debate. Saco la artillería. Apelo al sentir general. El efecto arrastre de una mayoría que me invento. Y nadie me discute. La fórmula mágica y sus variantes: 'Nadie actualmente puede entender que no se hable de...' y pongo lo que me viene en gana. Me divierto esperando el teatrillo de mañana. Incautos».
Habrá más. Solo le pido un favor: sea discreto. Guárdeme la confidencia.
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