Borrar
''Estudio' + 'Geometría animal' Gil Antonio Munuera
Diario de escritura (XLV)

Diario de escritura (XLV)

TIEMPO POR VENIR ·

Domingo, 8 de marzo 2020

Lunes 24 de febrero

Entrevista temprano con Manuel en el Café Lab. Charláis sobre la novela, la escritura, el diario y el panorama cultural en general. Tratas de ser cauto, pero acabas soltándote. Después, vas a la piscina y preparas el cuerpo para la semana que se viene encima. Aguantas poco más de media hora y te duchas rápido para la segunda sesión del jurado de La Tapa del Año. Hoy, dices nada más entrar, no nos liamos. Miras a Yayo, Alberto y Paloma. Todos te responden lo mismo: no, no, hoy no. Y varias horas después estáis con un gin-tonic en El Parlamento. Paloma es la única responsable y sabe cortar. Los demás no tenéis fin. Se unen más tarde Alicia, Ana y Raquel y decidís cenar en The Agus, que lo han abierto hace unos días y aún huele a nuevo. Está todo delicioso. También los cócteles. Regresas caminando a casa con Raquel. Se ha hecho más tarde de la cuenta, pero al menos volvéis juntos.

Martes 25 de febrero

Sales temprano para Cartagena. Hoy comienzan los actos del Premio Mandarache. Has visto las fotos del paraninfo de la universidad lleno de jóvenes y estás inquieto. Cuando llegas y te encuentras con Diego, los nervios se atemperan. Sabes que a su lado todo saldrá bien. También te tranquiliza Alberto, que hace un trabajo excelente en esta maravilla de iniciativa. Lo ves desenvolverse en el escenario y te das cuenta de que es un comunicador nato.

En el acto apenas hablas antes de las preguntas. Lo importante es lo que los chicos han preparado, el modo en que han leído el libro. Todo es grave y ceremonioso y tú no llegas a soltarte. No son los nervios, es algo más intangible: la sintonía, la conexión, que no acaba de establecerse con fluidez. Aun así, disfrutas. También de la firma de ejemplares. Nunca habías firmado tantos libros. Posiblemente, nunca vuelvas a hacerlo. Agotas dos cartuchos de tinta y se te duerme la mano. Pero hay felicidad. También en la comida posterior. Y en la siesta. Y en el café con Ana. Y en el encuentro con los chicos de Libreta Mandarache, que quieren aprender a narrar. Allí comienzas a soltarte del todo y llegas ya rodado al encuentro con adultos en la Fundación Cajamurcia. El auditorio, de nuevo, repleto. Pero ahora percibes la conexión. Desde el principio. Desde la presentación de Diego. Todo fluye de un modo natural. Llegan a tu mente las palabras precisas. Te creces conforme hablas. Respondes a todo. Parece que hablas de una novela diferente. En la mañana, todo era solemne. Ahora, ironizas constantemente y tratas de hacerlo divertido. Sientes que podrías hablar hasta el fin de la noche.

Estás eufórico. Te has recargado de energía. La sientes durante las firmas. También después, en El Cuervo, donde devoras el mejor bocadillo de 'roast beef' y mostaza que has probado en tu vida. E incluso en el hotel, donde se mezcla el sueño y la emoción y apenas puedes pegar ojo.

Miércoles 26 de febrero

A las ocho y media de la mañana, visitas el instituto de La Palma. Regresan las preguntas. Los chicos han leído el libro con atención y sus cuestiones no son nada ingenuas. Tratas de responder buscando un tono medio, didáctico, pero con cierta sustancia. También intentas mantener la tensión en todo momento. Es lo que más agota; que no puedes bajar ni un solo segundo la intensidad. Admiras aún más a los maestros y a los profesores de instituto.

Al terminar, te llevas un dibujo que han hecho los chicos inspirado en la portada del libro. Te preparas para el último acto. Otro encuentro, esta vez en la CAM, con varios institutos. Te notas más suelto que ayer. También porque percibes que la experiencia está llegando a su fin. El ambiente es más relajado. Comentas allí que estos días te han servido para comenzar a cerrar del todo la reverberación de la novela. Has terminado de sacar todo lo que llevabas dentro. Lo que escribiste y lo que has contado en estos dos años. El exorcismo ha tenido lugar. La carta ha alcanzado su destino. Llegas a casa a las dos y te metes en la cama sin comer. Saboreas la experiencia de estos dos días extraordinarios. Tardarás en olvidarlo. Preparas la maleta para el día siguiente. Ves perder al Madrid contra el City. Te tomas una Dormidina y por fin consigues dormir.

Jueves 27 de febrero

Sales temprano en coche para Albacete y coges el tren hacia Madrid. En Las Rozas tienes otro encuentro con estudiantes que han leído la novela. Raquel ha trabajado el libro con los alumnos y las preguntas son de nuevo precisas e incisivas. Con la experiencia de estos días previos, sale todo rodado. Mejor de lo que habías imaginado. Incluso sientes que tocas a algún que otro estudiante. Lo ves en sus rostros. Es magia.

Llegas al apartamento con el tiempo justo de comer, preparar la presentación y dormir una pequeña siesta. A las siete presentas en la librería Mujeres 'La intimidad', de Rosa Moncayo que relata el desmoronamiento de una relación de pareja. Fragilidad, ruina, corporalidad, visualidad, Annie Ernaux, desvelamiento de lo íntimo... Te sientes a gusto y estableces rápidamente una complicidad con Rosa que lo hace todo fácil y fluido. Tomas unas cervezas con los asistentes a la presentación. Charlas con Eduardo, Toni y María. Después te juntas con la expedición murciana, que está en Madrid visitando ARCO. Hay una fiesta en el Florida Park, sugiere Isabel, donde Lola Flores perdió su pendiente. Sergio se lo comenta al taxista y este responde: 'El pendiente, Íñigo, no lo quiero perder'. A partir de ahí, el viaje es surrealista. Sergio está desatado y cuenta anécdotas murcianas que hacen carcajear al taxista. En la parte de atrás, Marga, Esperanza y tú lloráis de risa. Los los gin-tonics valen 13 euros y tal vez eso es la clave para que la noche no se vaya de madre. Prometéis repetir. Con más tiempo. En otro lugar.

Viernes 28 de febrero

Al levantarte, eres consciente de lo cansado que estás y también de que esta semana te faltará espacio en el diario para contarlo todo. Comienzas a escribir telegráficamente. El coronavirus. Paranoia. Desinformación. Gente con mascarillas. ARCO. Paseas por los pabellones como un flâneur, mirando con distancia. Las obras y los visitantes. Tienes la sensación de haberte bajado del tren del arte. De no entender nada. O de entenderlo todo demasiado bien y que ya nada te impresione ni te convenza. Al menos, te encuentras con amigos. El abracismo es el último ismo. Cenas en El Cangrejero. Sitio auténtico de Madrid. Buena decisión de Aurelia. Te vas antes de tiempo porque ya el cuerpo te pesa y necesitas descansar.

Sábado 29 de febrero

Asistes a la presentación de Juan Tallón en Tipos Infames. Te encuentras allí al mundo literario. Estás en tu salsa, más que en el mundo del arte. Marcos Giralt te dice que le echas mucha sal al diario. Tiene razón. Al fin y al cabo, es literatura. Te encuentras con Silvia. Comes con ella y habláis de la novela y el ensayo sobre la siesta. El viaje ya ha tenido sentido. Y a partir de ese momento solo tienes ganas de volver a casa a escribir. Después, café con Sol, Carmen y Elsa. Son un amor. Pasas por JustMad. Después, quedas con Alfonso, Claudia, Eduardo y María. Os acercáis al saloncito. Doscientas personas en ochenta metros. Si hay posibilidad de contagiarse del coronavirus, es ahí. Aunque estás a gusto, te sientes cansado todo el tiempo. Ningún plan te apetece más que estar en casa.

Domingo 1 de marzo

Adelantas el viaje y regresas. Te quedabas al concierto de Viva Suecia el lunes y tenías aún dos días más de reserva. Cuando subes al tren, sabes que has tomado la mejor decisión. Y más aún cuando llegas a casa y te encuentras con Raquel. Ves el clásico, tranquilo. Gana el Madrid. Te acuestas en tu cama.

Es ahí donde quieres y necesitas estar. Es importante viajar, encontrarse con amigos, pero aún más regresar, permanecer. ¿Por qué durar es mejor que arder?, se preguntaba Barthes. No tienes la respuesta. Te gusta quemar los días. Pero también preservarlos. Como ahora, cuando apagas la luz y todo vuelve a su lugar.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Diario de escritura (XLV)