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Si les hablo de diputaciones provinciales y delegados del Gobierno de la Región en distintos lugares seguramente les suene a chino y, lo que es ... peor, a chiringuito. No es culpa nuestra: vivir en una comunidad autónoma uniprovincial tiene sus ventajas, como que nuestro territorio es esencialmente homogéneo a pesar de que los cartageneros que me estén leyendo probablemente dejen de hacerlo ahora, o que todos los problemas se pueden resolver a una distancia máxima de una hora en coche desde el punto más remoto de la Región hasta la capital.

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laverdad Delegado de Murcia en Madrid